Sin mayoría en el Congreso para llevar adelante sus proyectos, una economía que se desacelerará y la tarea de sanar a la sociedad tras una polarizada campaña, el presidente electo de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, enfrenta un camino cuesta arriba.
Los mercados reaccionaron con nerviosismo tras su elección, sobre todo por la diferencia de 11 puntos que le sacó al derechista José Antonio Kast.
“El mercado en general daba el triunfo de Boric por descontado, pero nadie esperaba que la diferencia con Kast fuera tan amplia”, explicó el economista Juan Ortiz, del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales.
Con un 55.8% frente al 44.1% que sacó Kast y una participación histórica de votantes del 55%, “Boric tiene un mandato totalmente posicionado”, agrega Ortiz.
¿Cuál Boric?
Tildado de comunista por sus detractores por la alianza del Frente Amplio al que pertenece con el Partido Comunista, la gran duda del mercado es cuál Boric va a ser el que va a gobernar: el de posiciones más extremas que se mostró en la primera vuelta o el más moderado que apareció de cara al balotaje.
“Esa es la gran incógnita y mientras eso no se transparente, la incertidumbre (económica) se va a mantener”, dijo Ortiz.
El discurso de triunfo pronunciado por Boric ante miles de personas que coparon la noche del domingo la céntrica Avenida Alameda, fue más moderado. “Expandiremos los derechos sociales y lo haremos con responsabilidad fiscal”, afirmó.
“Lo haremos cuidando nuestra macroeconomía. Lo haremos bien y aquello permitirá mejorar las pensiones y la salud sin que haya que retroceder en el futuro”, agregó.
“Que se reduzca esta incertidumbre depende mucho de la persona que sea nombrada en la cartera de Hacienda. No es lo mismo que sea una persona que esté dentro del círculo duro del candidato Boric de la primera vuelta o un ministro que esté en una posición más de centro izquierda”, agregó Ortiz.
En la campaña para la segunda vuelta, Boric integró a reconocidos economistas, como Andrea Repetto, la primera chilena en obtener un doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, o Ricardo Ffrench-Davis, profesor de la Universidad de Chile y economista de la Escuela de Chicago.
Hacia un Estado de bienestar
Boric, de 35 años, prometió en su campaña impulsar un “Estado de bienestar”, en uno de los países con mayor desigualdad social, una brecha en el origen de “estallido social” que sacudió al país a partir del 18 de octubre del 2019.
El mayor obstáculo para avanzar con rapidez en las reformas que Boric prometió -como el fin de las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), un sistema universal de salud y 500,000 nuevos empleos para mujeres, entre otras-, es la composición del Congreso que asumirá con él, dividido en partes iguales entre partidos de izquierda y de derecha.
“Gobernar será muy, muy difícil”, dijo Michael Shifter, del centro de análisis Diálogo Interamericano en Washington.
“Sanar a una nación”
La participación en el balotaje del domingo (55.4% según las proyecciones oficiales) fue récord en un país de alta abstención y con un electorado de centro que quedó huérfano de candidatos, cuando Boric y Kast quedaron como rivales en el balotaje.
“Boric tendrá que sanar a una nación”, manifestó Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York.
“Pero el proceso de redactar una nueva Constitución aún está en marcha y habrá un plebiscito sobre la nueva Constitución en menos de un año. Así que no creo que haya mucho tiempo para sanar. El 2022 será un año duro”, agregó.
Una Convención dominada por representantes de izquierda redacta una nueva Constitución para reemplazar la aprobada bajo el régimen de Augusto Pinochet, a la cual se otorga el crédito del relativo bienestar económico chileno, pero se le culpa también por una fuerte desigualdad social.
Un 1% de los chilenos posee más del 25% de la riqueza, según un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Desaceleración económica
Tras una caída del PBI de 5.8% en el 2020 debido a la pandemia, Chile termina el 2021 con una proyección de crecimiento de 11.5%.
Para el 2022 se anuncia una desaceleración, con un crecimiento del PBI entre 2% y 3%.
Gran parte del crecimiento de este año fue alimentado con ayudas del gobierno por unos US$ 3,000 millones mensuales para estimular una economía devastada por la pandemia, y los retiros anticipados de los fondos de pensiones privados, por unos US$ 50,000 millones, aprobados por el Congreso bajo una fuerte presión de la opinión pública.