La revista The Economist pidió la dimisión de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, por su papel en el escándalo de manipulación de datos del informe “Doing Business” relacionados con China mientras estaba en el Banco Mundial, diciendo que ha socavado la credibilidad del FMI.
La influyente publicación, que tiene su sede en Londres, dijo en un mordaz editorial que los hallazgos de una investigación externa de que Georgieva presionó al personal para que se hicieran cambios en las clasificaciones de “Doing Business” del Banco Mundial en el 2017, para favorecer a China, comprometen la capacidad del FMI para actuar como custodio de los datos de las estadísticas macroeconómicas del mundo.
“El jefe del FMI está a cargo del silbato mientras dos de sus mayores accionistas, Estados Unidos y China, se enfrentan en una nueva era de rivalidad geopolítica”, dijo The Economist, y agregó que los críticos del multilateralismo ya están citando los hallazgos como evidencia de que los organismos internacionales no pueden hacer frente a China.
“La próxima vez que el FMI trate de arbitrar una disputa monetaria, o ayude a reprogramar la deuda de un país que ha pedido prestado a China, los críticos del Fondo seguramente citarán esta investigación para socavar la credibilidad de la institución”.
“Por ello, la señora Georgieva, una estimada servidora de varias instituciones internacionales, debería dimitir”, dijo el editorial.
El editorial citó la afirmación contenida en el reporte del bufete WilmerHale de que Georgieva, que en aquel momento era la directora general del Banco Mundial, agradeció a un investigador del banco por “aportar su granito de arena al multilateralismo” al alterar los datos de China.
“Ahora ella también debería aportar su granito de arena al multilateralismo asumiendo su responsabilidad”, dijo The Economist.
Los informes “Doing Business” del Banco Mundial, ya cancelados, clasificaban a los países en función de su entorno normativo y jurídico, la facilidad para crear empresas, la financiación, las infraestructuras y otras medidas del clima empresarial.
Georgieva, búlgara, execonomista del Banco Mundial y exfuncionaria de la Comisión Europea, ha negado las acusaciones del informe de WilmerHale, diciendo la semana pasada que no son verdad y que ella nunca ha presionado al personal para manipular los datos.
El directorio ejecutivo del FMI está llevando a cabo su propia revisión de las acusaciones y ha subrayado “la importancia que concede a la realización de una revisión exhaustiva, objetiva y oportuna”.