Gabriel García Márquez pensaba que sería difícil hacerle justicia en pantalla a esta extensa historia surrealista. Según sus cálculos, “Cien años de soledad”, su aclamada novela publicada en 1967, requeriría una duración de 100 horas; también tendría que filmarse en Colombia y completamente en español.
Netflix, con apoyo del patrimonio de Márquez, honró dos de estas tres proclamaciones. La plataforma de streaming presume que esta nueva adaptación de la novela de Márquez —la primera que se lleva a la pantalla— es “una de las producciones más ambiciosas en la historia de América Latina”. (“Ambiciosa” también quiere decir “costosa”: Netflix no ha revelado el presupuesto exacto, pero afirma que es el más cuantioso para cualquier producción en la región). Pero, considerando cuánta soledad quieren ver realmente los espectadores, la plataforma optó por condensar la novela de Márquez en dieciséis episodios, los primeros de los cuales se estrenaron el 11 de diciembre.
El libro representa un desafío formidable para los cineastas por dos motivos. Uno es el estatus: muchos piensan que “Cien años de soledad” fue la mejor novela del siglo XX. Le ayudó a Márquez a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1982 y ha vendido unos 50 millones de copias en todo el mundo. El afecto genera expectativa. Cuando se anunció la serie de televisión, los seguidores en línea no tardaron en expresar su miedo de que la historia se simplificara de más o se “caricaturizara”.
Esos comentarios señalan otro reto que enfrentan los adaptadores: la mera complejidad de la novela. Ambientado alrededor de 1850-1950, el libro sigue las vicisitudes de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones, desde el momento en que José Arcadio y su esposa, Úrsula, fundan el pueblo de Macondo hasta cuando muere su último descendiente, pasando por guerras civiles, modernización, prosperidad y ruina económicas.
En esta historia, el tiempo es una “rueda que gira” y crea “repeticiones inevitables”. Los nombres de todos los descendientes varones son alguna combinación de José, Arcadio o Aureliano. (Los lectores de todo el mundo están agradecidos con la persona a quien se le ocurrió incluir un árbol genealógico al principio del libro).
También hay acontecimientos más inusuales. Personajes mueren, solo para luego regresar como fantasmas. Un hombre está siempre rodeado de un caleidoscopio de mariposas amarillas; otro se abre la cabeza y del cráneo no mana sangre sino un “aceite ambarino impregnado de aquel perfume secreto”.
En papel, este realismo mágico, como llegó a conocerse el estilo de Márquez, puede ser fascinante. El riesgo es que pueda lucir extraño y poco convincente en pantalla. Cuando Netflix habló con el director Alex García López sobre el proyecto, él se emocionó, pero también se preocupó. “Recuerdo que el libro tiene muy poco diálogo. Recuerdo que era un libro muy existencial que cambiaba mucho de contexto. Pensé: ‘No es posible adaptar esto, ¿verdad?’”.
Sí lo fue. José Rivera, uno de los guionistas, decidió que la historia debía contarse en orden cronológico y que necesitaba un narrador que citara la novela textualmente. “Fue una gran manera de tener la voz de Gabo guiándonos por la historia”, mencionó López, y también fue una forma de “mantenernos fieles al libro… a su ejecución, a su estilo”.
Como resultado, los cineastas lograron capturar la rareza de la historia, en la que los sucesos son fantásticos y mundanos a la vez. También conservaron su sensualidad. Hay momentos en que esto es perturbador de ver: la novela relata varios incidentes de incesto y uno de pedofilia.
“No queremos reescribir la historia”, afirmó Francisco Ramos, vicepresidente de contenido latinoamericano para Netflix: “Así sucedieron las cosas”. De hecho, conservar el cortejo de Aureliano hacia Remedios, una niña de 9 años, hace que la historia sea más oportuna. Apenas el mes pasado, Colombia aprobó una ley que prohíbe el matrimonio para cualquier menor de 18 años.
Para escribir “Cien años de soledad” Márquez se inspiró en su pueblo de la infancia, Aracataca. La novela “no podría ser más específica y anclada en la realidad… de una parte muy específica de un país enorme”, comentó Ramos, pero “su manera de contar la historia es lo que la dota de una resonancia global”. Casi 60 años después, Netflix tiene la esperanza de que ocurra lo mismo con su versión. Después de todo, el libro de Márquez trata sobre cómo la historia siempre se repite.
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