La gente admira más a las pandillas porque son más capaces que los gobiernos electos para imponer un estricto control social.
La gente admira más a las pandillas porque son más capaces que los gobiernos electos para imponer un estricto control social.

María Álvarez (un nombre ficticio) es católica devota. El año pasado se sintió aliviada cuando la pandilla de Ismael Ruiz, una filial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), instaló sus operaciones en San Antonio, su pueblo natal. Prometieron acabar con lo que Álvarez califica como “conductas inmorales”.