El devastador terremoto que impactó Haití el mes pasado profundizará mucho más una de las recesiones más largas del mundo, según el banco central.
Ya estaba previsto que la economía se contraería por tercer año consecutivo, pero el sismo provocará una recesión que “supera de lejos” el pronóstico oficial del banco de una contracción del 2.1%, dijo el miércoles el gobernador de la institución, Jean Baden Dubois.
La actividad económica tropieza por la violencia política y de pandillas que ha paralizado franjas del país y provocado un aumento de la emigración. La delicada situación hizo que los precios de algunos productos importados se dispararan en regiones de difícil acceso, dijo Dubois.
El terremoto de magnitud 7.2 que sacudió el sur de la península el 14 de agosto destruyó decenas de miles de edificios y cobró la vida de más de 2,000 personas. Ya reinaba el nerviosismo en el país después del asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio.
Las autoridades aún registran los daños causados por el terremoto, pero incluso estimaciones conservadoras sugieren que superarán los US$3,000 millones.
Modelo de Singapur
El producto interno bruto per cápita de Haití en 2020 fue de solo US$1,199 —aproximadamente el 25% del de Jamaica y una sexta parte del de República Dominicana—, y la economía ha soportado varias décadas perdidas de crecimiento bajo o negativo.
Haití debe seguir el ejemplo de Singapur si espera reducir la pobreza y cerrar la brecha con los países vecinos más ricos, dijo Dubois. Eso significa mejorar la seguridad, siendo esta la máxima prioridad, dijo.
“Creo que lo primero que hizo bien Singapur fue la ley y el orden, y ahí es donde debemos empezar”, comentó. El Gobierno de Singapur también invirtió en educación y convirtió al país en un destino atractivo para inversionistas extranjeros, dijo Dubois.
La alta tasa de desempleo de la nación, potenciada durante una pandemia que redujo la demanda de trabajadores haitianos en Brasil, Chile y República Dominicana, solo ha alimentado el crimen organizado.
“Las pandillas son los mayores empleadores”, dijo. “Necesitamos crear empleo, y a la par ir dejando a las pandillas sin trabajo”.
Diáspora haitiana
A pesar de que su tierra es fértil y comparte una isla con República Dominicana —una de las economías más exitosas de la región—, Haití se ha quedado rezagado. No obtiene una cantidad significativa de ingresos por el turismo o los servicios financieros como sí es el caso de muchas otras naciones caribeñas. Y más bien sí depende de las remesas de haitianos en el extranjero para pagar las importaciones.
De octubre a mayo, el país gastó US$3,400 millones en importaciones, pero exportó solo US$700 millones. Las remesas de la diáspora haitiana de 3.2 millones de personas representan alrededor del 35% del PIB, dijo Dubois. Aun así, los haitianos en el extranjero deben hacer más por su país, agregó.
“Es hora de que todos los hijos de Haití, dentro y fuera del país, comiencen a retribuir a su manera”, dijo. “Con eso, creo que podemos volver a enderezarnos, comenzar a avanzar y buscar un futuro mejor”.