El Comité Olímpico Internacional dice que los Juegos Olímpicos son una justa deportiva en la que no entra la política. Esa afirmación será puesta a prueba dentro de seis meses en los Juegos de Invierno de Pekín 2022.
Habrá que ver si los periodistas extranjeros pueden salir de la burbuja olímpica y explorar libremente las realidades de China.
Se especula que podrían ser hostigados o incluso amenazados si dan una imagen negativa de China.
“China exige una total adhesión a sus posturas en una serie de temas”, dijo Oriana Slylar Mastro a The Associated Press. Mastro investiga temas de seguridad de China en la Universidad de Stanford, Estados Unidos.
“Se lo exige a los gobiernos y también a las empresas, la prensa y los individuos”, agregó en un email. “¿Que si sospecho que China va a hostigar a cualquiera, incluidos los periodistas, que se desvían del guión ‘aceptable’? Si, totalmente”.
El ministerio de relaciones exteriores chino ha criticado en numerosas ocasiones las “politización del deporte” y ha dicho que cualquier boicot olímpico “está destinado a fracasar”.
Los riesgos que enfrentan los periodistas en China se hicieron evidentes la semana pasada, cuando cubrían inundaciones en el centro de China.
La Liga Juvenil Comunista pidió a sus seguidores en las redes sociales que ubicaran e informasen del paradero de un periodista de BBC. Luego se quejó de que los periodistas extranjeros “calumniaban” a China con una cobertura crítica en lugar de enfocarse en los esfuerzos del gobierno por hacer frente a la situación.
El Club de Corresponsales Extranjeros de China dijo en un comunicado que “la retórica de las organizaciones afiliadas al Partido Comunista de gobierno pone en peligro la seguridad física de los periodistas extranjeros en China y dificulta el ejercicio libre de la profesión”.
Agregó que personal de la BBC y de Los Ángeles Times “recibió amenazas de muerte y mensajes y llamadas intimidatorias”.
El año pasado, es de notar, China expulsó a más de una docena de periodistas estadounidenses del Washington Post, el Wall Street Journal y el New York Times.
Beijing fue una selección sorpresiva como sede de los juegos de invierno del 2022, motivada en buena medida porque Oslo y Estocolmo se retiraron por cuestiones políticas o financieras. Ante ello, quedaron solo dos candidatas: Pekín y Almaty, en Kazajstán.
Pekín ganó por cuatro votos, 44 a 40, y su selección generó fuertes críticas al estado de los derechos humanos en China, las cuales continúan.
Algunos gobiernos e investigadores acusan a China de imponer trabajos forzados, controlar los nacimientos por la fuerza y torturar a los uigures, un grupo étnico mayormente musulmán de Xinjiang, región del oeste del país.
China niega estar cometiendo un genocidio y describe esas denuncias como “la mentira del siglo”.
El COI se ha negado a considerar un cambio de sede.
La semana pasada un vicepresidente de Intel, uno de los 15 patrocinadores del COI de primera categoría, dijo que estaba de acuerdo con la evaluación del Departamento de Estado estadounidense, según la cual China comete un genocidio contra los uigures y otras minorías de Xinjiang.
Otros patrocinadores del COI, incluidos Coca-Cola, Visa, Procter & Gamble y Airbnb, se presentaron en vistas legislativas pero se negaron a responder a preguntas sobre el tema directamente.
El COI dice que se aboca solo al deporte, pero es un órgano con fuertes intereses políticos y una banca como observador en las Naciones Unidas.
Su presidente Thomas Bach destacó sus esfuerzos por reunir a las dos Coreas en los Juegos de Invierno del 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur. También habló ante los líderes mundiales en la cumbre del G20 en Osaka, Japón, en el 2019.
“Nuestra responsabilidad es sacar adelante los Juegos”, dijo el vocero del COI Mark Adams. “A otros les corresponde la responsabilidad de lidiar con estas cosas”, agregó, aludiendo a los derechos humanos en China.
En vista de la participación en los juegos de tantos países con distintos sistemas, “el COI tiene que permanecer neutral”, sostuvo.
En las numerosas entrevistas que dio acerca de los preparativos para los Juegos de Invierno, Bach jamás mencionó la situación de los uigures.
Al hablar del caso del periodista de la BBC, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores Zhao Lijian afirmó que “la BBC tiene un largo historial de prejuicios ideológicos contra China”.
“Ha difundido noticias falsas sobre temas relacionados con Hong Kong, Xinjiand y la epidem-19 para hacer quedar mal a China”, añadió.