El presidente ruso Vladimir Putin ordenó que Wintershall Dea y OMV sean despojadas de sus participaciones multimillonarias en proyectos de extracción de gas en el Ártico ruso.
Según los decretos presidenciales publicados a última hora del martes, las participaciones de OMV y Wintershall Dea en el yacimiento Yuzhno-Russkoye y en los proyectos Achimov deben ser revertidos a empresas rusas de nueva creación.
“El decreto presidencial es una confirmación más: Rusia ya no es un socio económico fiable y es impredecible, en todos los sentidos”, dijo un portavoz de Wintershall en una respuesta escrita a una consulta de Reuters.
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OMV dijo que está examinando el decreto y podría tomar nuevas medidas para preservar sus derechos.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo en una conferencia telefónica diaria con periodistas el miércoles que los decretos no significan que Rusia se haya embarcado en la confiscación de activos de los llamados “países no amigos”.
“Las empresas que abandonan el mercado, venden o transfieren activos, todo depende de las negociaciones”, dijo. “Pero no ha habido ni hay ningún proceso de confiscación de activos”.
La mayor incautación de activos extranjeros en Rusia por parte del Kremlin ocurre después de lo que Vladimir Putin ha considerado como una declaración de guerra económica de Occidente, por la decisión rusa de enviar miles de tropas a Ucrania en febrero de 2022.
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Los empresarios rusos se han hecho con el control de algunos de los principales activos occidentales en Rusia, incluidas las ocho fábricas de cerveza de Carlsberg, así como las empresas de Danone.
En Occidente se han congelado activos estatales rusos por valor de cientos de miles de millones de dólares, así como activos de empresarios e inversores rusos. Alemania tomó el año pasado el control de una importante refinería de petróleo de Schwedt, de propiedad rusa, que suministra el 90% del combustible a Berlín.
Por otra parte, el banco austriaco Raiffeisen Bank International, uno de los bancos europeos más expuestos a Rusia, declaró el martes que iba a adquirir una participación de casi el 28% en el grupo constructor austriaco Strabag, mientras ambas empresas intentan limitar sus vínculos con Rusia.
(Reporte adicional de Patricia Weiss en Fráncfort; editado en español por Carlos Serrano)