¿Una revolución climática? China anunció que no financiará más centrales eléctricas de carbón en el exterior: pero este avance, bienvenido por los ecologistas, no resuelve todos los problemas.
Principal emisor mundial de gases de efecto invernadero, no fijó fechas para implantar esta medida, ni especificó qué pasará con los proyectos en desarrollo.
Esto es lo que se sabe:
¿Qué prometió China?
En un videomensaje difundido en la Asamblea General de la ONU, el presidente chino, Xi Jinping, hizo esta promesa.
“China reforzará su apoyo a países en desarrollo para fomentar las energías verdes y bajas en carbono, y no construirá más centrales eléctricas de carbón en el extranjero”.
¿Esto cambia la situación?
Sí y no. China es el mayor financiador público de centrales eléctricas de carbón fuera de fronteras (Zimbabue, Pakistán, Indonesia, Vietnam...).
Japón y Corea del Sur, los otros mayores financiadores de estos proyectos, ya anunciaron que dejarían de hacerlo a fin de año.
“China fue el último en mantenerse firme”, indicó Li Shuo, de Greenpeace China.
Al desentenderse los bancos públicos chinos podría provocar un efecto dominó en los privados y volver las inversiones en carbón más riesgosas, advierte.
“Cuando el dinero público va hacia un sector, el privado tiende a seguirlo”, señala Li Shuo.
Pero la participación china en estas centrales de carbón en el exterior es baja en función de los fondos (públicos y privados).
Desde el 2013 hasta el 2019, los prestamistas chinos (estatales o no) brindaron sólo el 13% de fondos para plantas en construcción o planificadas fuera de sus fronteras, según el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la universidad de Boston.
El 87% del financiamiento provino de fuera de China.
¿Quién las financia entonces?
Sobre todo bancos privados e inversores japoneses, estadounidenses y británicos.
Desde el 2018 al 2020, bancos privados nipones fueron los principales financiadores de estas centrales en países en desarrollo. Prestando unos US$ 76,000 millones (65,000 millones de euros).
Estados Unidos, con US$ 68,000 millones principalmente de bancos privados, representó el 21%. Reino Unido el 7%.
En cambio, las entidades estatales chinas solamente invirtieron US$ 50,000 millones en un lustro (2015-2019).
¿China mantendrá su palabra?
Se comprometió a “reverdecer” sus inversiones exteriores tras muchas críticas a las nuevas plantas a carbón, que pondrían en riesgo los objetivos climáticos globales.
“China pasa lentamente de una era en que privilegiaba recaudar dinero” y “ahora se mueve para mejorar la calidad de sus proyectos”, indica Li Shuo.
El ministerio de Comercio chino afirma que China en el primer semestre del 2021 no financió nuevos proyectos de centrales a carbón, en el marco de las “Nuevas Rutas de la Seda”, macroproyecto de infraestructuras en el exterior.
Pero quedan dos incógnitas tras la promesa de Xi Jinping. ¿Desde cuándo se aplicará? ¿Y, bloqueará solamente inversiones de bancos públicos o también de privados?
¿Menos carbón en China?
China había prometido que alcanzaría un tope de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030 y “reduciría gradualmente” el uso del carbón desde el 2026.
El país depende mucho de este combustible. En el 2020, añadió 38.4 GigaWatts (GW) de energía fruto del carbón, tres veces la capacidad instalada ese año en otros países, afirma la organización estadounidense Global Energy Monitor (GEM).
Pero, según Greenpeace, las provincias chinas aprobaron la construcción de solamente 24 centrales a carbón en el primer semestre del 2021 (-79% en un año).
“Pero no hay límite en cuanto a las emisiones chinas antes de reducirlas”, según Yuan Jiahai, de la universidad de Electricidad del norte de China, en Pekín. “O sea, puede contaminar todo lo que quiera antes del plazo límite”, agregó.