Líderes de pueblos indígenas de Latinoamérica han conformado una alianza que pronto pondrán en marcha y buscarán financiación directa con el propósito de salvar su hogar, el Amazonas, que está cerca de colapsar, indicaron el último martes en Nueva York.
Los líderes participaron en una conferencia de prensa convocada por Amazon Watch para dar a conocer dos estudios sobre la Amazonía e hicieron el anuncio, tras un llamado urgente a la solidaridad con el “pulmón del planeta” y con los pueblos indígenas que están siendo impactados con la explotación petrolera y de minas y la deforestación.
“Sentimos lo que estamos viviendo: pérdida del ecosistema, de la biodiversidad, de nuestros ríos, territorios, bosques y casas en un nivel de emergencia, que no espera más promesas ni discursos de los presidentes reunidos” en el marco de la 77 Asamblea General de la ONU, afirmó José Gregorio Díaz Mirabal, originario del pueblo Kurripaco que habita la cuenca amazónica venezolana.
Los indígenas exigieron que sus voces sean escuchadas en esa cumbre, “no las que están encerradas allá en Naciones Unidas, planificado con los bancos invasiones que destruyen, tomando decisiones sobre los bosques y comunidades”.
Un estudio del año pasado de Amazon Watch denunció que bancos globales están incumpliendo sus propios compromisos sociales y ambientales al financiar e invertir en la industria del petróleo y el gas en la selva amazónica.
El líder indígena afirmó con pesar que sólo “quedan tres años para evitar el colapso total de la Amazonía”.
“Queda muy poco tiempo para evitar el genocidio, el ecocidio que se comete en las comunidades indígenas, mucha deforestación, minería legal e ilegal, invasores por los recursos naturales, y la Amazonía, que se pensaba estaba en un 17% de destrucción, ha sobrepasado el 23%“, afirmó el dirigente de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica.
Ante esa situación y de que no se invierte en los pueblos indígenas pese a que sufren las consecuencias de la explotación de recursos en el Amazonas, estas comunidades junto con las de Centroamérica, Asia y la República del Congo han creado una alianza, señaló por su parte Tuntiak Katan de la nación Shuar de Ecuador.
Destacó que los países de la cuenca del Amazonas tienen un presupuesto nacional que está basado en la explotación de recursos como el petróleo y el oro pero, pese a que esos recursos están en territorio de los pueblos indígenas “menos del 1% regresa a estas comunidades” y tampoco llega el dinero prometido en acuerdos de financiación con organismos internacionales.
“Si vemos la inversión que hace el gobierno hay mucho dinero para destruir la naturaleza y poco dinero para proteger o restaurar lo que se ha dañado” y eso tiene que parar, argumentó.
“Los pueblos indígenas de todo el mundo estamos planeando un mecanismo de acceso directo a financiación para seguir protegiendo esos últimos recursos que nos quedan. Para ello se necesita financiación para las diferentes etapas de protección”, agregó.
Explicó que esos fondos pueden provenir de diversas fuentes como el fondo climático “que no atentan contra la vida ni los derechos de los pueblos”.
“Ese trabajo ya empieza con la fase de implementación” del grupo de líderes indígenas, comentó.
Durante la conferencia de prensa se presentaron los resultados de dos informes de Amazon Watch: The Riks of Investing in PetroPerú (Los riesgos de invertir en PetroPerú) y Blood Gold: Complicity in Destruction V.
El informe sobre la compañía petrolera de Perú describe los riesgos políticos, sociales, financieros, ambientales y legales asociados con la inversión en Petroperú, de la que dice no respeta los derechos de los pueblos indígenas.
También recopila la perspectiva de algunas comunidades que podrían verse afectadas por la amenaza de las operaciones petroleras de Petroperú, en particular, el pueblo Achuar del Río Pastaza y el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis.
El informe sobre la explotación minera señala que los impactos en los territorios indígenas altamente preservados de la Amazonía, en particular los de los pueblos yanomami, munduruku y kayapó, son “inconmensurables”, ya que los mineros recorren arroyos y lechos de ríos, causando deforestación y la contaminación de recursos críticos de agua dulce con sedimentos y mercurio tóxico.