Por Faye Flam
Cada virus tiene su propio patrón de propagación y los científicos están comenzando a comprender el comportamiento del nuevo coronavirus. Esta comprensión permite clasificar los riesgos de diferentes actividades de acuerdo a su intensidad.
Los estudios más informativos muestran como se está propagando la enfermedad en el mundo real: un gran avance sobre las diversas simulaciones y modelos que, al principio, solo mostraban escenarios hipotéticos.
Los dos impulsores de la propagación de la enfermedad son el contacto cercano y el hacinamiento en espacios cerrados, dijo Muge Cevik, viróloga de la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido. Se propagó en los refugios para personas sin hogar y hogares de ancianos, donde habían muchas personas juntas. Se propagó dentro de los hogares de las personas y en las plantas empacadoras de carne.
Cevik ha estado recopilando y revisando documentos de todo el mundo sobre la transmisión de la enfermedad. “Están surgiendo algunas tendencias”, dice ella. “Pasar tiempo cenando junto a otra persona y usar el transporte público” podrían presentar riesgos de propagación de la enfermedad, pero “ir a un mercado brevemente, por cinco minutos, o un encuentro breve mientras caminas o pasas frente a alguien, presentan riesgos bajos”.
Los estudios provienen de China, Singapur, Taiwán y, en menor medida, de Estados Unidos. Todos se realizaron a través del seguimiento de contactos, que puede ser la mejor estrategia de la humanidad para combatir la pandemia de COVID-19. El seguimiento de contactos puede detener las cadenas de transmisión, incluso después de que una enfermedad esté extendida, como explicó el médico y expresidente del Banco Mundial Jim Yong Kim en The New Yorker. Otro beneficio importante es que ofrece pistas sobre como se propaga la enfermedad. Cada virus tiene un patrón único.
EE.UU. casi no ha hecho seguimiento de contactos todavía. Una encuesta realizada a personas que acudieron a hospitales en la ciudad de Nueva York en mayo reveló que la mayoría de ellos habían estado en sus casas y no estaban trabajando ni viajando en transporte público. Pero, ¿por qué no se les pregunta eso a todos los que ingresan a un hospital? ¿Por qué no averiguamos con quiénes viven o quiénes los visitaron y rastreamos dónde han estado? Las cantidad de oportunidades perdidas es asombrosa.
Cevik dijo que la gente a menudo le pregunta cómo la enfermedad pudo ser tan contagiosa si se necesitan ambientes cerrados o contacto cercano para su propagación. La primera parte de la respuesta es que después de mucha especulación sobre su transmisibilidad extrema, los datos muestran algo intermedio y que cada individuo contagiado transmite el virus a entre dos y tres personas en promedio. Pero el punto importante, que a menudo se pasa por alto, es que esto es solo un promedio. En el mundo real, la mayoría de las personas no transmiten la enfermedad a nadie, ni a una sola persona, y una minoría contagia a muchas otras en los llamados eventos de súper propagación. Esos son los que debemos aprender a evitar.
Los datos muestran que el 9% de las personas infectadas son responsables de 80% de los contagios, afirma Cevik. ¿Por qué? Por un lado, la enfermedad es aparentemente muy infecciosa, pero solo por un breve período de tiempo y, probablemente, solo en algunos casos. Los estudios de seguimiento de contactos muestran que las personas son más infecciosas justo al inicio de los síntomas, así como también un par de días antes y después. Si alguien en esa etapa va a una fiesta, a un servicio religioso, a trabajar en una planta empacadora de carne o en un hogar de ancianos, es probable que muchas otras personas se enfermen.
Un estudio en China mostró como se propagó el virus en una reunión de negocios y un restaurante. Un esfuerzo de búsqueda de contactos en Singapur reveló grandes grupos de casos derivados de una reunión de negocios, una iglesia y una visita a una tienda. Otro estudio, uno de los pocos de EE.UU., mostró como una persona infectada en Chicago transmitió la enfermedad a varias personas en un funeral y más tarde en una fiesta de cumpleaños, y que uno de los infectados en la fiesta luego transmitió la enfermedad a otras personas en un servicio religioso que duró más de dos horas. Otros estudios relacionaron brotes con oficinas abarrotadas.
Las personas que desarrollan síntomas graves tienen más probabilidades de transmitir la enfermedad que las que presentan síntomas leves, dice Cevik. Si bien está claro que la enfermedad puede transmitirse antes de que las personas tengan síntomas, sigue siendo una incógnita la cantidad de personas que no presentan síntomas y si éstas están causando una parte importante de la propagación.
Gran parte del material en estos estudios es una sorpresa para las personas, dice Erin Bromage, profesora de biología en la Universidad de Massachusetts, Dartmouth, quien recientemente obtuvo 11 millones de visitas a una publicación de blog en la que escribió sobre como se transmite la enfermedad. La gente piensa que si te expones, automáticamente te enfermas o te contagias, explica. Pero incluso las personas expuestas a familiares enfermos en sus hogares no siempre se enferman.
Compartir una casa u oficina hace que la transmisión sea más probable, ya que la duración de la exposición es tan importante como la distancia entre las personas. Es poco probable que las personas que pasan frente a ti en un supermercado te infecten. Los entornos al aire libre también parecen mucho más seguros. En un estudio, que siguió a cientos de casos, solo un contagio no ocurrió en un lugar cerrado.
“Me gustaría que la gente dejara de desperdiciar energía mental en cosas equivocadas”, dice Bromage. “Que dejen de preocuparse por los ciclistas y los amantes de las actividades al aire libre, ya que tienen un riesgo tan bajo”.
Bromage no cree que las cuarentenas estrictas deban prolongarse hasta que obtengamos inmunidad de rebaño o una vacuna. Pero le gustaría que las empresas utilicen los datos disponibles para comenzar sus actividades sin desencadenar brotes importantes. Él cree que hay esperanza para los restaurantes y salones de belleza en la nueva normalidad, y está asesorando a tales empresas en su comunidad sobre como minimizar la exposición.
Como recordó Julia Marcus, profesora de medicina poblacional de Harvard, en un artículo reciente en The Atlantic, los médicos del siglo XX finalmente flexibilizaron el consejo de que las personas sin pareja siguieran siendo célibes hasta que hubiera una cura para el SIDA y comenzaron a hablar de sexo seguro. Ahora es el momento de hacer lo mismo con la vida bajo la amenaza del coronavirus.