Los esfuerzos del presidente Jair Bolsonaro para romper el límite de gasto de Brasil ya están aumentando los costos de endeudamiento del Gobierno y el próximo año podrían terminar costando hasta US$74,00 millones de reales (US$13,300 millones) en pagos adicionales sobre los bonos locales.
Las tasas de referencia más altas, a medida que el banco central eleva la Selic en un intento por controlar la inflación, y el aumento de las primas de riesgo en medio de dudas sobre la estabilidad fiscal significan que los costos de la deuda existente podrían aumentar en 64,000 millones de reales, según proyecciones de Adriana Dupita, analista de Bloomberg Economics que cubre Brasil desde São Paulo. Los nuevos bonos emitidos para pagar el gasto adicional podrían agregar 10,000 millones de reales adicionales en gastos de deuda, estima Dupita.
El Congreso está actuando para aprobar cambios en el límite de gasto que el país ha tenido desde 2016 para dar cabida al nuevo programa social de Bolsonaro, que aumenta las transferencias de efectivo a los más necesitados. El plan, que se presenta antes de que el presidente, en general impopular, busque la reelección el próximo año, preocupa a los inversionistas convencidos de que la regla había ayudado a mantener el gasto a un nivel sostenible. El cambio propuesto aumentará las tasas de interés de la nueva deuda en 0.9 puntos porcentuales en 2022, a medida que los inversionistas exigen un mayor rendimiento por los préstamos al Gobierno, dice Dupita.
Los funcionarios del Gobierno ya han visto un aumento en la prima que los inversionistas exigen sobre los bonos brasileños y el costo promedio de los valores emitidos en los últimos 12 meses ha aumentado 50 puntos básicos, o medio punto porcentual, en septiembre con respecto al mes anterior. Esto fue un resultado directo de las preocupaciones de los inversionistas en torno a las finanzas públicas de Brasil, dijo la semana pasada a la prensa el coordinador de Operaciones de Deuda Pública Luis Felipe Vital.
El aumento de las tasas de interés ya se puede ver en el mercado de bonos de tasa fija de Brasil. Los rendimientos de las notas del Gobierno con vencimiento en enero de 2024 subieron el viernes al 12.3%, desde alrededor de 9.4% a principios de septiembre.
La economía más grande de América Latina ha estado bajo el escrutinio de los inversionistas desde el inicio de la pandemia cuando el Gobierno aumentó el estímulo fiscal para respaldar la economía. El año pasado, el gasto primario del Gobierno alcanzó un récord de 26.1% del producto interno bruto. Si bien se pronosticaba que esa proporción caería a 17.5% el próximo año, superar el límite fiscal podría limitar la disminución a 18.4%, según el Ministerio de Economía.
La deuda ya se estaba encareciendo incluso sin el nuevo estímulo fiscal. El banco central de Brasil ha estado entre los más agresivos del mundo en la búsqueda de frenar la inflación y desde marzo ha subido las tasas en 5,25 puntos porcentuales hasta un 7.75%. Se prevé que las tasas terminen el año en un 9.25%.
Analistas de JPMorgan Chase & Co. prevén que la deuda de Brasil alcanzará el 81.3% del PIB este año y el 87.6% en 2022. Citigroup Inc. advirtió recientemente que podría aumentar las estimaciones para la carga crediticia de Brasil si el nuevo programa social impulsa el gasto.
“Los recientes desarrollos presupuestarios han erosionado significativamente la credibilidad y efectividad de la principal ancla fiscal, el techo de gasto constitucional”, escribió en una nota Alberto Ramos, economista jefe de América Latina en Goldman Sachs Group Inc.