La economía de la eurozona comenzó 2022 en una situación de debilidad, ya que las restricciones por la pandemia han afectado la confianza, mientras crece el temor de que Alemania esté al borde de una recesión por segunda vez desde el comienzo de la crisis.
Un indicador de confianza de la Comisión Europea cayó a 112,7 en enero, el nivel más bajo en nueve meses, afectado por descensos en la mayoría de los sectores y entre los consumidores. Las expectativas de empleo disminuyeron por segundo mes consecutivo.
El informe se produce tras las sombrías noticias desde Alemania, que mostraron que la producción en el cuarto trimestre se contrajo un 0,7%, más del doble de lo que proyectaban los economistas. En el lado positivo, Francia y España registraron un crecimiento más rápido de lo esperado.
La recuperación de la pandemia en Europa está rezagada con respecto a Estados Unidos y el Reino Unido debido al impacto de los problemas en las cadenas de suministro en la actividad manufacturera, de las restricciones por el coronavirus en los servicios y la escasez de mano de obra que afecta a todos los sectores de la economía. El Fondo Monetario Internacional recortó esta semana sus perspectivas para el año en la eurozona y advirtió que la inflación persistirá por más tiempo.
La impaciencia por las presiones récord sobre los precios está poniendo a prueba a los funcionarios del Banco Central Europeo, que apuntan a un aumento de los costos de la energía que no pueden controlar. Los Gobiernos han salido al paso compensando el alza de los costos para los consumidores, con el fin de evitar una contracción del gasto que aún podría materializarse si la escalada de tensiones en la frontera entre Rusia y Ucrania hace subir aún más los precios.
Los proveedores de servicios y los minoristas esperan aumentar los precios en los próximos meses, según la encuesta de la Comisión. Los consumidores se volvieron más pesimistas sobre su futura situación financiera.
Los fabricantes esperan que los precios de venta disminuyan. Al mismo tiempo, las carteras de pedidos se redujeron ligeramente en enero, mientras que las expectativas de producción se mantuvieron prácticamente sin cambios.