Reino Unido afirmó que Occidente podría enfrentar en los próximos días el “momento más peligroso” en su crisis con Moscú, mientras Rusia realizaba ejercicios militares en Bielorrusia y el Mar Negro tras un aumento de tropas cerca de Ucrania.
La tensión sigue siendo elevada, mientras Ucrania celebra también “juegos de guerra”, pero líderes de todas las partes indicaron que esperan que la diplomacia siga imponiéndose, en lo que el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó como la mayor crisis de seguridad que vive Europa en décadas.
En una nueva ronda diplomática, la secretaria de Relaciones Exteriores británica mantuvo reuniones en Rusia, Johnson visitó la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas y funcionarios de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia tenía previsto hablar en Berlín sobre los combates entre fuerzas gubernamentales y separatistas prorrusos en el este de Ucrania desde el 2014.
Rusia, que tiene más de 100,000 soldados cerca de las fronteras ucranianas, niega las acusaciones occidentales de que podría estar planeando la invasión de su vecino, aunque afirma que podría optar por una acción “técnico-militar” no especificada si no se cumplen ciertas exigencias.
“Honestamente, creo que (Moscú) no ha tomado una decisión aún (sobre el ataque). Pero eso no significa que sea imposible que pueda suceder algo absolutamente desastroso muy pronto, sin duda”, dijo Johnson en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
“Este es probablemente el momento más peligroso, yo diría, en el curso de los próximos días, en la que es la mayor crisis de seguridad que ha enfrenado Europa en décadas, y debemos hacerlo bien. Creo que la combinación de sanciones y resolución militar, más diplomacia, es lo que se necesita”.
Stoltenberg afirmó también que es un momento peligroso para la seguridad europea, agregando que “el número de fuerzas rusas está subiendo. El tiempo de advertencia para un posible ataque está bajando”.
En un nuevo punto de fricción, Ucrania criticó unos ejercicios navales rusos que, según indicó, hacían “casi imposible” la navegación en el Mar Negro y el Mar de Azov.
De visita en Moscú, la secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, advirtió a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, de duras sanciones si Ucrania es atacada.
Lavrov aseguró que Moscú está en favor de la diplomacia para resolver la crisis, pero que no entiende las preocupaciones británicas sobre las maniobras en Bielorrusia, al tiempo que rechazó que Rusia esté coaccionando a alguien.
Según dijo, Occidente está usando a Ucrania contra Moscú, y acusó a Kiev de intentar reescribir los acuerdos que buscan poner fin al conflicto en el este de Ucrania.
“Honestamente, estoy decepcionado, ya que tenemos una conversación entre un mudo y una persona sorda. Es como si escucháramos, pero no oyéramos”, comentó Lavrov.
Las conversaciones de Truss en Moscú se producen tras las visitas del presidente francés, Emmanuel Macron, a Moscú y Kiev más temprano en la semana. A diferencia de los líderes de Estados Unidos y Reino Unido, Macron minimizó la posibilidad de una inminente invasión rusa.
Rusia ha usado las tensiones para buscar concesiones de seguridad de Occidente, incluyendo una promesa de no admitir jamás a Ucrania en la OTAN y detener la expansión militar de la alianza.
La Unión Europea (UE) afirmó que entregó una carta única en respuesta a las propuestas rusas a los estados miembros sobre seguridad europea, en nombre de los 27 ministros de Relaciones Exteriores del bloque.