
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció este viernes la eliminación del subsidio al diésel, medida que incrementará el precio del galón de US$ 1.80 a US$ 2.80. El subsidio representaba alrededor de US$ 1,100 millones de anuales, según datos oficiales.
La decisión busca redirigir los recursos hacia programas sociales y productivos, con énfasis en la entrega de bonos a familias de bajos ingresos y créditos agrícolas. El Gobierno ecuatoriano estima que desde octubre 55,000 hogares recibirán un bono mensual de US$ 55, mientras que unos 100,000 campesinos accederán a capital semilla y financiamiento.
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Para mitigar el impacto en el transporte público, se entregará a 23,300 conductores un apoyo mensual de entre US$ 400 y US$ 1,000. Además, se prevén compensaciones económicas para el transporte escolar, turístico y de carga pesada durante tres meses.
La ministra de Economía, Sariha Moya, justificó la medida asegurando que el subsidio “fluía a través de una tubería rota” y terminaba beneficiando a contrabandistas, mafias y sectores de altos ingresos.
La eliminación de subsidios a los combustibles ha sido históricamente un tema sensible en Ecuador, donde intentos similares en gobiernos anteriores derivaron en protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).