
Los fanáticos del Bitcoin lo tienen todo: respaldo de Wall Street, vientos políticos a favor y dinero institucional. Todo, excepto un repunte.
Tras superar los US$ 126,000 en octubre, el Bitcoin ha caído con fuerza, borrando brevemente sus ganancias de 2025 antes de estabilizarse el lunes. La abrupta corrección desde niveles récord llega en un año que se suponía consolidaría la legitimidad de la criptomoneda.
Wall Street se ha sumado, los fondos cotizados en bolsa han incorporado las criptomonedas a carteras tradicionales y la administración de Trump las adoptó plenamente.
Sin embargo, el mercado ha retrocedido, de forma rápida y sin una causa clara. El valor total de Bitcoin ha caído en unos US$ 600,000 millones desde su máximo de octubre, según datos compilados por Bloomberg. En el mundo cripto, la volatilidad es esperable. Lo distinto esta vez es la rapidez con que se evaporó la confianza y la poca claridad de las teorías que intentan explicarlo.
El lunes, el precio del Bitcoin avanzaba 0.4% a US$ 93,753 a las 11:01 a.m. en Nueva York.

En los escritorios de operaciones y en las redes sociales, la ansiedad crece. Los operadores revisan gráficos antiguos, desempolvan teorías conocidas y buscan compradores. Sin un manual de Wall Street sobre cómo debe comportarse Bitcoin —sin correlaciones estables ni marcos de riesgo probados—, muchos recurren al modelo que mejor conocen: el ciclo de reducción a la mitad (“halving”) cada cuatro años.
Ese evento, diseñado en el código de Bitcoin, reduce a la mitad el crecimiento de la oferta aproximadamente cada cuatro años. Históricamente, ha impulsado auges especulativos seguidos de fuertes caídas, a menudo con un desfase, ya que los mineros —operadores de potentes computadoras que sustentan la red— tienden a vender sus tenencias justo cuando los precios se deterioran.
En este ciclo, el “halving” tuvo lugar en abril de 2024. Luego vino el máximo de precios en octubre. Eso encaja, aproximadamente, con el patrón tradicional. Pero con compradores institucionales de gran poder moldeando el mercado, ya no está claro que el guión siga vigente.
“El sentimiento en el comercio minorista de criptomonedas es tan negativo que aún podría haber más caída”, dijo Matthew Hougan, director de inversiones de Bitwise Asset Management, quien cree que los precios subirán el próximo año. “La gente teme que el ciclo de cuatro años se repita y no quiere vivir otra corrección del 50%. Están anticipándose y saliendo del mercado”.
Parte del daño refleja agotamiento. Muchos inversores minoristas perdieron dinero al comprar acciones de empresas que invertían en cripto justo cuando los precios estaban en máximos. Luego, a comienzos de octubre, un repunte inesperado en las tensiones comerciales provocó liquidaciones justo cuando el apalancamiento se había disparado. El resultado fue un mercado lleno de expectativas, pero con poca convicción y demasiado frágil para resistir la caída cuando cambió el ánimo.
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Todo esto ocurrió justo cuando la narrativa procripto era más fuerte. Los ETF atrajeron miles de millones a mediados de año, presentando al Bitcoin como una forma de cobertura macroeconómica. Las políticas procripto del presidente Donald Trump prometían más alzas. Pero los flujos se estancaron. Algunos inversores de largo plazo vendieron. Y empresas emblemáticas como Strategy Inc. cotizan hoy cerca del valor de sus tenencias en Bitcoin, señal de que la convicción ya no genera un premio.
“En este punto, Bitcoin se comporta mucho más como un activo macro dentro de carteras institucionales, respondiendo a la liquidez, la política y la dinámica del dólar más que a shocks de oferta previsibles”, dijo Jake Kennis, analista de la firma de datos cripto Nansen.
A pesar de toda la conversación sobre institucionalización, el mercado sigue moviéndose por sensaciones. Y ahora, predominan las negativas. El apetito por riesgo se ha reducido. Las altcoins caen con fuerza este año, y ni siquiera el impulso de Trump ha protegido al sector del arrastre macroeconómico ni de la competencia con nuevas modas especulativas, como la inteligencia artificial, las stablecoins y los mercados de predicción.

Con el oro y las acciones cerca de máximos históricos, Bitcoin es “la punta del iceberg de los activos de riesgo, y se está derritiendo”, dijo Mike McGlone, estratega senior de materias primas en Bloomberg Intelligence. “Espero que Bitcoin y la mayoría de las criptomonedas sigan cayendo”.
La estructura del mercado sigue funcionando, y Bitcoin aún muestra ganancias considerables desde la victoria electoral de Trump. Pero para un activo que algunos esperaban ver en US$ 200,000 a fin de año, la reciente caída se siente como una decepción. Si Bitcoin no puede repuntar con apoyo político, adopción masiva y una infraestructura financiera consolidada, ¿cuándo podrá hacerlo?
A esta altura, podría ser el propio temor de los operadores a repetir la historia lo que “haga que el ciclo de cuatro años se cumpla”, dijo Eric Balchunas, analista de ETF en Bloomberg Intelligence. “Por otro lado, los ritmos típicos podrían alterarse un poco, o incluso para siempre”.
Derek Lim, jefe de investigación de la creadora de mercado cripto Caladan, afirmó que las corridas alcistas de Bitcoin en 2017 y 2021 no fueron simplemente resultado de los eventos de reducción a la mitad que las precedieron, sino de “un motor más poderoso y fundamental: la liquidez global”. Esa podría volver ahora que se resolvió el cierre del gobierno de EE.UU., añadió.








