El sorpresivo y audaz aumento de tasas de México no fue suficiente para convencer a los inversionistas de que el banco central será capaz de controlar la inflación. Eso debería ayudar al peso a mantener su atractivo.
El breakeven a dos años de la nación se mantiene por encima del rango objetivo oficial de inflación de 2% a 4% incluso después de que Banxico, como se conoce al banco central, subiera el jueves los costos de endeudamiento en medio punto porcentual, más de los 25 puntos básicos que esperaban la mayoría de los economistas.
El peso repuntó, liderando las ganancias entre las monedas de mercados emergentes y superando su promedio móvil de 50 días frente al dólar estadounidense, ya que la decisión tomó por sorpresa a algunos operadores. Los inversionistas dicen que la moneda tiene más espacio para subir, mientras los responsables de la política monetaria podrían tener que implementar aun más alzas.
La inflación anual de México alcanzó un máximo de dos décadas de 7.37% el mes pasado, inferior a la tasa de Brasil, pero superior a las observadas en Chile, Perú y Colombia. El banco central espera que converja al 3% en el cuarto trimestre de 2023, pero los breakevens a dos años, el diferencial entre la deuda local nominal y la vinculada a la inflación, se mantienen cerca del 4.7%, lo que muestra que los operadores tienen dudas.
“El peso mexicano es como el S&P: imposible ponerse en corto”, dijo Sergio Zanini, socio y gerente de Galapagos Capital en São Paulo. “El próximo año será un desafío, ya que la inflación seguirá siendo rígida y el crecimiento también tendrá dificultades, por lo que habrá una fuerte presión para ser muy pacientes y tratar de evitar un impacto mayor en la economía”.
América Latina se ha visto afectada por el aumento de los precios al consumidor que ha impulsado a los bancos centrales de la región a subir las tasas de interés. En Brasil, donde se ha llevado a cabo el ciclo de endurecimiento más agresivo de 2021, y enviado a la economía a una recesión superficial, están apareciendo señales de que las presiones sobre los precios están disminuyendo.
La decisión de México se produjo un día después de que un giro “hawkish” de la Reserva Federal impulsara un repunte de los activos de mayor riesgo, ya que los inversionistas consideraron que un endurecimiento de la política no obstaculizaría el crecimiento económico.
Esta fue la última reunión de Banxico bajo la dirección de Alejandro Díaz de León, dejando al banco en un período de incertidumbre. Será sustituido por la exsubsecretaria de egresos de bajo perfil, Victoria Rodríguez Ceja. Su nombramiento el mes pasado causó el desplome del peso hasta llegar a su nivel más bajo frente al dólar desde marzo.
La curva de tasas de swap de México, conocida como TIIE, descontaba un aumento de 25 puntos básicos en diciembre y un ajuste de alrededor de 200 puntos básicos el próximo año antes del alza del jueves. Con el agresivo aumento y los mensajes más “hawkish”, es probable que las tasas de swap suban aún más antes de fin de año, descontando posiblemente aun más aumentos en 2022.