(Foto: Difusión)
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“Fue más difícil para mí, pero me mantuve firme”, explica el empresario de éxito Piers Linney, una excepción en el Reino Unido, donde las minorías étnicas son discriminadas en el mundo de los negocios.

Hacerse un hueco en la dirección de empresas cuando se forma parte de una minoritaria es una odisea, dice este miembro de la junta directiva del banco público British Business Bank, que ofrece un programa de préstamos para empresarios surgidos de comunidades étnicas.

"Solicité 68 veces un trabajo en un bufete de abogados", dice el banquero de 49 años, que se hizo famoso en el Reino Unido por su participación como juez en el concurso entre emprendedores Dragons' Den de la BBC.

De niño "en la escuela, nadie me explicó cómo ser abogado o trabajar en las finanzas, querían enseñarme a ser fontanero así que todo empezó muy pronto", recuerda.

Es un sentimiento que comparte Shanika Amarasekara, de 45 años, una de las dirigentes del British Business Bank.

Como mujer de una minoría "sabes que vas a tener que luchar muchas batallas", asegura. "Pero decidí ser positiva, partiendo del principio de que todo es posible", agrega.

Desde la muerte en Estados Unidos de George Floyd, un afroamericano asfixiado por un policía blanco, que desencadenó un movimiento mundial de manifestaciones para denunciar la violencia y las desigualdades, muchas empresas han empezado a hacer examen de conciencia y a prometer mayor diversidad.

Pero todavía hay mucho por hacer en el Reino Unido, donde los estudios muestran una representación muy baja de las minorías "BAME" (acrónimo británico de "negro, asiático y otras etnias minoritarias") en los puestos de dirección.

Un informe reciente de una comisión gubernamental determinó que sólo el 6.8% de los altos directivos de las grandes empresas que figuran en el índice bursátil FTSE-350 son miembros de minorías.

Y la asociación Business in the Community estima que el 1.5% de los responsables del sector privado en su conjunto son negros, sin ningún progreso significativo desde el 2014.

Según varios estudios, las empresas más grandes parecen incapaces de cumplir el objetivo del gobierno para el 2017 de nombrar al menos un miembro BAME en sus juntas directivas para el 2021.

"Las empresas deben trabajar más duro para identificar a los jóvenes talentos que no siempre tienen el capital social y los contactos para ser tan visibles como deberían", dice Linney, cuya madre es de Barbados y cuyo padre es de Mánchester, en el noroeste de Inglaterra.

Incluso el minorista de alta gama John Lewis, conocido por su apertura social, ha sido criticado recientemente por tener sólo seis personas de color, incluida su presidenta Sharon White, entre sus 158 altos directivos.

¿Cambiar el “sistema”?

Sin embargo, cada vez más empresas británicas muestran su voluntad de mejorar, como la cadena de pubs Greene King y el mercado de seguros Lloyd's de Londres, que recientemente han reconocido y pedido disculpas por sus vínculos pasados con la esclavitud.

"La falta de representación de las minorías negras y étnicas en los niveles más altos de las empresas británicas debe cambiar", pidió a principios de junio Carolyn Fairbairn, directora ejecutiva de la principal patronal británica, CBI.

Varios dirigentes de grandes grupos, como el gigante de los supermercados Tesco y el grupo audiovisual ITV, también se comprometieron a cambiar las cosas en una carta abierta publicada en el Sunday Times el pasado domingo.

"Como líderes empresariales, tenemos que hablar del privilegio de los blancos. Tenemos que hablar de racismo. Tenemos que hablar del papel que hemos desempeñado en el mantenimiento de este sistema durante tanto tiempo", escribieron.

En opinión de Linney es crucial dar ejemplos de éxito a los jóvenes.

“Lo que sucede es que uno supera los obstáculos y sólo cuando alcanzas tu meta te das cuenta de que no hay mucha gente como tú alrededor”, dice, deseoso de que su caso deje de ser la excepción.