La economía mexicana cumple un año anclada al nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero con efectos aún inciertos por la pandemia, los derechos laborales y la política energética.
Cuando el T-MEC reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el 1 de julio del 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió de una “nueva era” que reactivaría la economía de México tras la crisis del COVID-19.
“Consideramos que es muy importante lo del tratado, que es muy oportuno, además en estos tiempos, que va a ayudar mucho a la economía de los tres países, que va a ayudar mucho a los pueblos de las tres naciones”, consideró entonces.
Pero, durante los primeros 6 meses del T-MEC el comercio entre Norteamérica decreció 4%, expuso a Efe Héctor Magaña, coordinador de Análisis e Investigación del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey.
“Ha sido de claroscuros. En un principio, se tenía la expectativa de que fuera un proyecto que detonara el crecimiento de los tres países involucrados. Sin embargo, su firma se dio prácticamente a inicios de la pandemia en el 2020 y las expectativas fueron disminuyendo”, apuntó.
Dependencia y empuje
Tras una contracción histórica de 8.2% del PBI en el 2020, el Gobierno mexicano ha afianzado su pronóstico de repunte de 6.5% para este año al T-MEC, al reconocer que casi tres cuartas partes de la economía dependen del comercio internacional.
“Inevitablemente, somos un país cuya ventaja comparativa son las manufacturas y, en ese sentido, la recuperación y reactivación económica en Estados Unidos nos ha ido jalando”, comentó Sofía Ramírez, directora general de la asociación “México, ¿Cómo Vamos?”.
La economista percibió que, por la integración comercial y la recuperación de Estados Unidos, se han fortalecido rubros como la maquila, la inversión extranjera directa (IED) y las remesas, que en el 2020 alcanzaron un récord de más de US$ 40,600 millones.
También citó que la Secretaría de Economía reportó un récord de US$ 11,864 millones de IED en el primer trimestre del año, de los que más de 47% provinieron de Estados Unidos y Canadá, con un aumento anual de 18% de esta región.
Pero, Ramírez advirtió de una caída de 39% en la inversión de la región del T-MEC en el 2020, documentada en el reporte de la UNCTAD (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
“Las cosas están funcionando como estaban funcionando, para bien y para mal. Y esas cosas eran una muy fuerte dependencia con Estados Unidos, y el T-MEC lo único que hace es consolidarla”, argumentó.
Permanece la incertidumbre
El profesor Héctor Magaña enunció como principales sectores beneficiados a la industria automotriz y la manufactura de cómputo, textil y química.
Asimismo, resaltó que México se ha consolidado como el primer socio comercial de Estados Unidos en lo que va del 2021.
Aun así, matizó que los efectos más tangibles del T-MEC tardarán hasta el 2022, en particular porque inversionistas aún analizan la evolución de la política energética de López Obrador para fortalecer a las empresas del Estado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Y Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Las inversiones derivadas del T-MEC no se han producido en su totalidad y se está a la espera de cómo concluyan diversos asuntos en la economía de nuestro país, para ver si estas inversiones pueden florecer”, indicó.
Fricción política
El T-MEC también refleja desacuerdos políticos de México con Estados Unidos, en particular en energía y medioambiente, mencionó Mariana Aparicio, coordinadora del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Creo que esos dos temas han sido muy claros y van a ser tal vez una fricción política entre ambos presidentes (López Obrador y Joe Biden) en el marco del T-MEC. Y lo laboral va a ser otro gran tema”, opinó.
Bajo el T-MEC ya se han registrado dos quejas laborales de Estados Unidos a México por la violación de derechos sindicales y negociación colectiva, una en la planta de autopartes Tridonex en la fronteriza Matamoros y otra en la fábrica de General Motos en Guanajuato.
El acuerdo se firmó cuando Donald Trump era presidente de Estados Unidos, pero los temas de interés se mantienen vigentes con Biden, dijo Aparicio. “Hay un cambio en la forma, pero los temas se mantienen y sigue siendo una relación tan compleja”, manifestó.