
Reunidos en una cumbre en Bruselas, los países de la Unión Europea (UE) buscan este jueves la fórmula para alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos, al día siguiente de contentar a su presidente, Donald Trump, adoptando un objetivo histórico de incremento del gasto militar.
La administración estadounidense aplica ahora mismo un arancel del 25% al acero y los automóviles procedentes de la UE, y uno del 10% a la mayoría de los demás productos.
Pero el tiempo apremia, a medida que se acerca la fecha límite del 9 de julio fijada por Trump. Si no hay acuerdo, el mandatario republicano amenaza con duplicar al 20% el arancel aplicado por defecto a las importaciones procedentes del bloque de los 27.
El asunto será abordado la tarde del jueves en la capital belga, en una cena de los jefes de Estado y de gobierno de la UE.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y encargada de negociar en nombre de los 27, aprovechará para detectar las líneas rojas de unos y otros.
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Mientras tanto, el jefe del gobierno alemán Friedrich Merz, al frente de la mayor economía europea, instó a darse prisa.
“Apoyo a la Comisión en todos sus esfuerzos por alcanzar rápido un acuerdo comercial”, dijo expeditivo a su llegada a Bruselas.
Uno de los riesgos asumidos en Bruselas es alcanzar un acuerdo por el que la UE aceptaría algunos aranceles, sin actuar de manera simétrica, imponiendo otros a los mismos productos norteamericanos.
La pretensión de eliminar los aranceles parece fuera de alcance. Varias fuentes diplomáticas señalan que el objetivo, como en la cumbre de la OTAN en La Haya, es permitirle a Trump reivindicar una victoria, sin ceder tampoco en los sectores clave.
Una de estas fuentes diplomáticas apuntó a la pista de un acuerdo por el que Estados Unidos impondría una tasa general a las importaciones europeas, con exenciones en el acero, los automóviles, los medicamentos y el sector aeronáutico.

Mantener la calma
En un tono pugnaz, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, arremetió a su vez contra una guerra arancelaria consistente en tarifas “injustas y unilaterales”.
Y trató de quitar hierro a la amenaza de Trump de castigar específicamente a España, por no comprometerse el miércoles en la cumbre de la OTAN en La Haya a subir su gasto en Defensa al 5% del PBI.
“Son dos ámbitos distintos de debate. Uno es la Alianza Atlántica y otro es la Unión Europea”, que negocia las cuestiones comerciales en nombre de sus países miembros, dijo.
“No vamos a dejar que nos provoquen; mantenemos la calma”, abundó el primer ministro belga, Bart De Wever.
“Estamos negociando y esperamos llegar a un acuerdo”, pero “si no es el caso, adoptaremos evidentemente contramedidas”, avisó De Wever.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, ya adelantó el asunto el miércoles desde La Haya, horas después de que los europeos y Canadá adoptaran el incremento del gasto militar exigido por Trump.
“No podemos decir, entre aliados, que tenemos que gastar más (...), y librar una guerra comercial dentro de la OTAN, es una aberración”, dijo.
Las conversaciones con Washington se aceleraron en las últimas semanas.
La UE había amenazado a inicios de mayo con imponer aranceles a productos norteamericanos por valor de US$ 107,000 millones, principalmente aviones y automóviles, en caso de fracaso de las conversaciones comerciales. Desde entonces rebajó esa amenaza.
Estados Unidos está aprovechando por su lado para obtener concesiones relativas a las normas europeas sobre las plataformas digitales, que se han traducido en multas multimillonarias a Apple y Meta y en una investigación reciente a Google por presunta vulneración de las normas de competencia.