El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció que las elecciones anticipadas que convocó en junio pasado han traído más inestabilidad a su país, por lo que asumió su responsabilidad al tomar esa discutida decisión.
“La lucidez y la humildad obligan a reconocer que, en estos momentos, esa decisión ha producido más insestabilidad que serenidad y asumo mi responsabilidad”, aseguró Macron en su mensaje de Año Nuevo a los franceses.
La elección dio lugar a una Asamblea Nacional sin mayorías, con un Gobierno que solo pudo formarse en septiembre y que apenas duró tres meses, por lo que el nuevo Ejecutivo, que asumió la pasada semana, debe intentar a marchas forzadas lograr aprobar un presupuesto para 2025.
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Se trata de la primera vez que Macron admite que su decisión de convocar elecciones anticipadas, que causó sorpresa e incomprensión hasta en su propio bloque político, ha tenido más resultados negativos que positivos.
Explicó que si disolvió la Asamblea Nacional fue para “darles la palabra” a los franceses y “evitar el inmovilismo”, pero admitió “reconocer que esta disolución ha traído por ahora más divisiones a la Asamblea que soluciones a los franceses”.
Macron recalcó también la importancia de que Francia continúe su política de rearme, lanzada tras la invasión rusa de Ucrania, ya que los problemas mundiales hacen necesario que el país sea “más fuerte”.
Citó como ejemplos de esos problemas la continuación de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, pero también los acontecimientos en Siria y los intentos de manipular desde el exterior las elecciones en Moldavia, Rumanía y Georgia, aunque no señaló a Rusia como posible responsable.
El presidente francés recalcó en que “los europeos deben dejar su ingenuidad y decir ‘no’ a los acuerdos comerciales dictados por otros”, en una aparente alusión al acuerdo UE-Mercosur, que París rechaza con firmeza.
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Juegos Olímpicos y Notre Dame
La intervención, de casi once minutos de duración, incluyó imágenes de dos grandes momentos que han marcado el año 2024 en Francia: los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París y la reapertura de la catedral de Notre Dame después de más de cinco años de trabajos tras el grave incendio de abril de 2019.
En este sentido, señaló que el año que termina ha traído “momentos de gran orgullo”, como la inscripción del derecho a la interrupción del embarazo en la Constitución, o los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que “hicieron vibrar a un país unido”.
Con los Juegos y con la reconstrucción de Notre Dame “hemos demostrado que lo imposible no es algo francés”, y aseguró que “lo hemos conseguido porque hemos estado juntos”.
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Macron avanzó que durante 2025 que los franceses se pronuncien sobre “asuntos importantes”, en una aparente alusión a que puede convocar algún referéndum o una convención ciudadana.
Con esta intervención, Macron cerró un año muy difícil para él, con su posición muy debilitada tras su discutida decisión de convocar elecciones anticipadas, que dejaron una Asamblea Nacional muy dividida y sin mayorías claras.
El Gobierno resultante, encabezado por Michel Barnier, solo se pudo formar en septiembre, tras muchas dudas, y apenas duró tres meses porque lo tumbó una moción de censura apoyada por todos los partidos de izquierda y por la extrema derecha de Marine Le Pen.
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