La oposición mayoritaria de Venezuela, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), comienza un nuevo ciclo político en su denuncia de “fraude” en las presidenciales luego de la salida de la nación caribeña, rumbo a España, de su abanderado, Edmundo González Urrutia, que trae, según expertos, retos de índole estratégico, comunicacional y de movilización.
El exembajador llegó a Madrid el pasado 8 de setiembre, tras pedir asilo al considerar que en Venezuela sufría persecución política y judicial después de los comicios presidenciales del 28 de julio, en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE) otorgó la victoria a Nicolás Maduro, un resultado cuestionado dentro y fuera del país.
En tanto, la comunidad internacional, incluyendo gobiernos aliados de Maduro -como Colombia, México y Brasil- insiste en la necesidad de que el CNE publique los resultados desagregados para demostrar la victoria y poner final a la crisis poselectoral, algo que hasta la fecha no ha sucedido, pese a que lo establece su cronograma.
Para el politólogo Piero Trepiccione, el antichavismo debe mantener el foco estratégico y narrativo en la solicitud de la publicación de los resultados electorales, así como una verificación independiente, para determinar al ganador de las elecciones presidenciales.
“No se puede descuidar esa narrativa ni se puede desviar la atención del camino, ni pisar peines (caer en trampas). Mantener ese foco y ese posicionamiento, tanto en lo interno como en lo externo, aún con el cuadro de deriva autoritaria que tenemos en la actualidad”, explicó a EFE.
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Evitar el desgaste
Trepiccione señaló como uno de los grandes desafíos de la oposición el evitar el desgaste y la desmotivación entre los venezolanos, por lo que considera clave la creatividad para las protestas y el diálogo personalizado, así como el contacto permanente con las bases.
“Porque si te vas exclusivamente a la comunidad internacional, puedes tener más o menos los mismos resultados que se obtuvieron en el pasado reciente”, añadió, en referencia a la autoproclamación de la “presidencia interina” del opositor Juan Guaidó, pese a qué, a diferencia de González Urrutia, nunca compitió en unas elecciones.
Entretanto, el politólogo Pablo Andrés Quintero dijo que el antichavismo debe reajustar su comunicación y evitar la repetición de eslogan como el de “hasta el final”, usado frecuentemente por la líder opositora María Corina Machado.
“Cuanto te sometes a un proceso de transición política, no hay final (...) entonces la oposición tiene que reajustar su comunicación”, explicó a EFE.
Asimismo, señaló que la oposición debe mostrar más unidad, así como que los líderes políticos antichavistas deben aparecer más en público para -sostuvo- apuntar a largo plazo y “generar confianza a la gente de que el liderazgo no desapareció en situaciones tan difíciles”.
“Lo que puede hacer la oposición a día de hoy es enfrentar la realidad que tiene y trabajar con lo que tiene, es decirle a la gente ‘el proceso de transición es muy complicado’”, añadió.
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Camino a la negociación
Recientemente, Machado pidió a la comunidad internacional reconocer a González Urrutia como “presidente electo”, algo que ya han hecho países como Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Ecuador, Panamá y Costa Rica.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha insistido en que no reconoce los resultados de los comicios e insistió en que Maduro “pruebe” que ganó.
Además, junto con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, insisten en propiciar el diálogo entre el mandatario venezolano y la oposición.
Quintero cree que el antichavismo debe apoyarse más en estas dos naciones -considerados cercanos ideológicamente a Maduro- como canal de comunicación “para evitar hostilidades dentro de Venezuela”.
Igualmente, Trepiccione valora estas mediaciones, a pesar -dijo- de que no ha avanzado lo deseado, al considerar que la vía final debe ser un proceso de negociación.
“Habría que reforzar y habría que buscar otros canales, otros medios, otros apoyos, otros mecanismos para que, efectivamente, de nuevo pueda haber una mesa de negociación, una conversación directa entre los actores y los factores de poder en Venezuela, con mediación internacional para que se puedan provocar cambios”, concluyó.
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