Hacer la compra en el supermercado o llenar el tanque del auto con gasolina se ha vuelto cada vez más difícil para millones de latinoamericanos que ven cómo el costo de la vida sube a diario.
El común reclamo de que “el salario no alcanza” está ahora en un punto crítico dados los altos niveles de inflación interanual en la región.
“Latinoamérica será la región con la inflación más alta del planeta este año”, le dice a BBC Mundo Juan Carlos Martínez, profesor de Economía en la universidad IE Business School, España.
“Lo que vemos es una tormenta perfecta”, apunta, porque existe un contexto global de mucha liquidez, atascos en la cadenas de suministro, aumento en el precio de las materias primas (especialmente los alimentos y la energía), depreciación de las monedas latinoamericanas y una fuerte recuperación del consumo.
Basta con darle una mirada a lo que está pasando en las mayores economías de la región: el costo de la vida en Argentina se ha disparado hasta subir un 52.1%, mientras que en Brasil se alzó el 11.1% y en México un 6.2% en octubre, en relación con el mismo mes del año anterior.
Le siguen Chile con un 6%, Perú con un 5.8% y Colombia con un 4.5%.
Como un avión que despegó de golpe después de un recesivo 2020 golpeado por la pandemia de COVID-19, la inflación no solo se está desbordando en Latinoamérica, sino también en países como Estados Unidos donde llegó a un 6.2% en octubre, la mayor cifra registrada en el país en los últimos 30 años.
“La inflación es un peligro en la región”, señala Benjamin Gedan, vicedirector del Programa América Latina del centro de estudios Wilson Center, con sede en Washington, en diálogo con BBC Mundo.
“América Latina mira hacia un futuro de alta inflación y bajo crecimiento, un pronóstico sombrío para sus perspectivas pospandémicas”, agrega.
Los productos “más caros”
Claramente los precios de la comida, la gasolina, el gas y la energía eléctrica son los que lideran las subidas inflacionarias.
Al ser productos de primera necesidad, son las familias más vulnerables las que sufren los efectos más duros del aumento en el costo de la vida.
Comparando octubre de este año con el mismo mes del año anterior, en México el aceite para cocinar dio un salto de 32%, mientras que el aguacate y el gas doméstico LP también están por las nubes (aunque en el caso del gas, el gobierno intervino fijando un límite máximo).
En Brasil la inflación llegó a su valor más alto en 19 años. La gasolina, la tarifa de la luz eléctrica, los alimentos y el vestuario han liderado los incrementos de precio, una gran piedra en el zapato para el presidente Jair Bolsonaro.
“El gobierno de Jair Bolsonaro está tratando de sortear los estrictos límites de gasto para aumentar sus posibilidades de reelección en 2022 “, le argumenta a BBC Mundo Robert Wood, economista principal para América Latina del centro de análisis Economist Intelligence Unit.
El país ha tenido la peor sequía en casi un siglo, con una baja en la generación hidroeléctrica y, por lo tanto, un aumento en las tarifas de la luz. A eso se suma una fuerte caída del tipo de cambio que ha contribuido a potenciar la crisis inflacionaria.
Dejando de lado la hiperinflación de Venezuela, la de Argentina es, de lejos, la más alta de la región. La tercera economía de América Latina tiene casi cinco veces más inflación que Brasil y más de ocho veces la de México.
Tener costos que aumentan 1% cada semana, en promedio, pulveriza los ingresos de los argentinos.
Los productos que más subieron en octubre son los alimentos y las bebidas no alcohólicas, mientras que en lo que va del año los precios de las prendas de vestir y el calzado, junto a los costos de la salud, han empujado con fuerza la inflación.
Con el objetivo de frenar el avance del costo de los alimentos, el gobierno del peronista Alberto Fernández ordenó a principios de octubre un congelamiento de los precios de más de 1,400 productos de la denominada “canasta básica” hasta el próximo 7 de enero.
“Argentina ha adoptado un enfoque sin éxito, que se ha basado en límites a las exportaciones de carne vacuna, energía fuertemente subsidiada y una amplia gama de controles de precios”, opina Gedan.
En Chile, la inflación llegó a su nivel más alto en 13 años, mientras el Banco Central continúa subiendo la tasa de interés para contrarrestar el aumento de precios.
Los productos que más han subido en el último año son: el servicio de transporte aéreo (79,5%), los paquetes turísticos, el gas licuado y la gasolina.
A ellos se suman los autos usados y algunos alimentos.
La canasta familiar básica en Perú aumentó un 5,8% en octubre, impulsada por el aumento en el valor de las materias primas a nivel mundial, entre otras razones.
Esto ocurre porque el país importa la mayor parte del maíz, el trigo, el diesel o el aceite de soya que consume.
Los productos importados se utilizan para elaborar alimentos como pollo, huevos, pan, fideos y aceite, así como combustible de uso doméstico y para el transporte.
Eso explica el alza en el costo de la vida del país sudamericano.
A nivel internacional, el precio del petróleo en lo que va del año ha subido 69%, el precio del trigo desde fines de 2019 ha subido casi 69% y el aceite de soya ha subido 100%
Alimentos y bebidas no alcohólicas, alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles son algunos de los productos que en octubre han experimentado las mayores alzas en Colombia.
En relación a los alimentos, continúan subiendo los precios de productos como la carne, frutas y leche, además de las papas, los aceites comestibles y los tomates.
Venezuela, con una hiperinflación crónica anualizada de casi 2.000%, según el Banco Central de Venezuela (BCV), y con una proyección de 2.700% para 2021 según el Fondo Monetario Internacional (FMI), lidera desde hace años el aumento del costo de vida en América Latina y el mundo.
¿Qué están haciendo los países de la región?
Nikhil Sanghani, economista especializado en América Latina de la consultora británica Capital Economics, explica en diálogo con BBC Mundo que las mayores economías de la región están tratando de controlar la escalada de precios subiendo las tasas de interés.
“Algunos de los países, como Brasil y Chile, lo han hecho de manera bastante agresiva”, precisa.
La ola de políticas monetarias más estrictas “parecen ser un viento en contra importante para la recuperación económica el próximo año”, dice Robert Wood.
Es que las fuertes subidas del costo del dinero tendrán un efecto de desaceleración económica, razón por la cual es fundamental la manera en que cada banco central encuentre un camino para equilibrar los desafíos que se vienen.
En ese contexto, proyecta, “la tasa de crecimiento regional promedio será del 2,5% en 2022 “.
Una estimación que puede variar en la medida que aparezcan nuevas señales en el horizonte, pero lo que sí está claro es que el próximo año llegará con bastante dificultades en el camino.