Uno de los mayores retos para que Suramérica logre avanzar en el reciclaje y la reducción de residuos es la infraestructura para las actividades de recolección, separación y procesamiento de los residuos, lo que retrasa la transición de la región hacia una economía más verde y circular.
Así lo explicó en entrevista a EFE el gerente de sustentabilidad de Coca-Cola para el Cono Sur, Rodrigo Brito, que también destacó la ausencia de una cadena de transformación que promueva la circularidad y la concentración de estas actividades en los grandes centros urbanos.
“Cada país de la región tiene una realidad distinta y tenemos aspectos positivos y negativos en cada uno de ellos (...) Argentina y Chile nos inspiran con la cultura de uso de envases retornables, mientras que Brasil está más avanzado en el reciclaje”, subrayó Brito.
En ese sentido, recordó que Coca-Cola trabaja en colaboración con Gobiernos locales, comunidades, ONG y empresas de todo el mundo desde hace más de tres décadas para causar un impacto positivo a través de iniciativas sustentables.
“Dependemos de la infraestructura, de la geografía, de las leyes, de los hábitos (de la población), de la recogida selectiva, de los actores que se encargan de la separación y de la transformación (de los residuos), para que la circularidad ocurra (…) Es un reto para cualquier marca, pero cada año avanzamos junto a las cadenas locales”, añadió.
Inversiones y metas ambiciosas para un mundo sin residuos
Para acelerar y fomentar iniciativas socioambientales, Coca-Cola anunció en 2018 el compromiso global Mundo Sin Residuos, que establece metas internas y externas para compensar totalmente los impactos causados por las actividades de la multinacional hasta el 2030.
“Lo bueno de Mundo sin Residuos es que transforma temas y cadenas complejas en cuatro números muy sencillos y fáciles de comunicar y monitorear. Entonces, la primera meta es lograr que el 100 % de nuestros envases sean reciclables hasta 2030, y hoy ya llegamos a un 99% en el cono sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay)”, destacó.
Las demás metas establecen que el 50% de todos los envases estarán hechos de material reciclado y que el 25% del volumen de ventas corresponderá a envases retornables hasta el 2030.
Para aumentar la disponibilidad de envases retornables en Latinoamérica, Coca-Cola también invertirá cerca de US$ 500 millones entre 2021 y 2023.
Asimismo, la compañía se encargará de recoger y reciclar el 100 % de los envases primarios que comercializa hasta 2030, y también está avanzando en utilización de una botella única.
Además, está descontinuando de forma progresiva la utilización de PET no transparente, que tiene menor valor y utilidad para el mercado de reciclados.
La cooperación, clave para avanzar
Para alcanzar estas metas, Brito subrayó la importancia de actuar en conjunto con las comunidades y gobiernos locales, así como con otras empresas en pro del medioambiente y de la sociedad, para “sumar y poner más dinero dónde se necesita, además de coordinar esfuerzos y aprender juntos”.
Brito reconoció que, dada la importancia de la marca, Coca-Cola tiene que servir de ejemplo y de inspiración para que otras compañías, así como el público, lleven a cabo acciones de impacto que promuevan un cambio real en el medioambiente.
“No podemos pedir al consumidor que cambie sus hábitos si no estamos cumpliendo con nuestras obligaciones, así que tenemos que ser un ejemplo para otras industrias, para el público, para los colaboradores, para los inversores”, resaltó.
Los proyectos positivos en el cono sur
Entre las iniciativas más importantes en la región, se encuentra Reciclar por Brasil, lanzada en 2017 en asociación con la cervecera Ambev y con la Asociación Nacional de Recicladores (ANCAT) y que hoy es el mayor programa privado de apoyo al reciclaje en el país.
Actualmente, la plataforma asesora e invierte en 18 empresas que apoyan directamente a 233 cooperativas y asociaciones de recicladores en 161 ciudades.
Entre 2017 y 2022, como parte del proyecto, se reciclaron 530,000 toneladas de materiales, con una facturación de 329 millones de reales (cerca de 64 millones de dólares), convertidos en ingresos para los recicladores.
Ya en Chile, Brito destacó el trabajo de la iniciativa Conecta, Recicla y Colabora, realizada de forma conjunta con La Ciudad Posible, Latitud R y el Ministerio del Medioambiente.
Lanzado en 2021, el proyecto consiste en una red única de la que participan recicladores de base, gestores y compradores, con el objetivo de elevar la tasa de recuperación de PET del 17 % hasta el 90%.
En su primer año, la iniciativa recogió 6,000 toneladas de PET.
Fuente: EFE