
La decisión sobre dónde renacerá el próximo dalái lama no es solo una cuestión espiritual; es un asunto con un impacto económico de millones de dólares que podría decidir el futuro de Dharamshala, la ciudad india que ha sido el próspero centro del exilio tibetano durante más de 60 años.
“La economía de este pueblo depende principalmente de la presencia de Su Santidad, no solo para los tibetanos, también para los locales”, explica Tenzin Rabgye, dueño de una farmacia en el bullicioso mercado de McLeod Ganj, un barrio en la cima de una montaña india conocido como “la pequeña Lhasa”, por ser el hogar del dalái lama desde su exilio del Tibet.
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La diferencia, afirma, es como “el cielo y la tierra”. “Cuando él (dalái lama) está en la ciudad, se puede decir que hay 100 personas. Cuando no está, hay 10 o 15”, asegura este jueves.

Se estima que el turismo en McLeod Ganj genera unos US$ 30 millones anuales, y más del 50% de la fuerza laboral local, tanto india como tibetana, está empleada en este sector.
Según datos de la propia comunidad y la oficina de turismo del estado de Himachal Pradesh, al que pertenece Dharamshala, alrededor del 60% de los más de 500,000 turistas que visitan la zona cada año lo hacen atraídos por motivos espirituales y culturales ligados a la presencia y las enseñanzas del dalái lama.
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El distrito de Kangra, donde se ubica Dharamshala, es un imán turístico, pero el flujo se intensifica con la agenda del líder espiritual. Durante sus enseñanzas públicas, la ocupación hotelera de la zona se dispara, pasando de un 60% a rozar el 100%.

Aunque la declaración de ayer del dalái lama, que confirma la continuidad del linaje, fue una “buena noticia” general, para los residentes de Dharamshala la alegría viene con un matiz de ansiedad. La pregunta ya no es si habrá un sucesor, sino dónde estará.
“Si renace en este mismo pueblo, son muy buenas noticias para este pueblo. Si renace en la India, en otro lugar, serán buenas noticias para ese pueblo. Pero si renace en una comunidad tibetana en América o Europa, es un lugar diferente. Entonces la economía no será buena aquí, será mejor allá”, dice Tenzin para resumir tres escenarios económicos, tras el anuncio del líder espiritual del Tibet sobre su sucesión.
Esta mezcla de fe y comercio alrededor ha hecho florecer a Dharamshala durante más de seis décadas, convertido no solo en el centro espiritual y político del Tíbet en el exilio, sino también en un próspero destino cuya economía vive al ritmo de su residente más ilustre.