Tras las elecciones legislativas del domingo, el partido derechista Centro Democrático, creado por el expresidente Álvaro Uribe, dejó de ser la principal fuerza política de Colombia y hoy sus miembros están buscando reinventarse para detener lo que llaman amenazas a la democracia, solucionar divisiones internas y levantar la mala imagen de su líder.
El partido derechista, del que también hace parte el presidente Iván Duque, tuvo a los dos congresistas más votados de los comicios, Miguel Uribe y María Fernanda Cabal, y consigue hasta el momento 14 puestos en el Senado y 16 en la Cámara de Representantes.
Pese a estos resultados, el uribismo perdió cinco escaños en la Cámara Alta y dieciséis en la Baja, pero igual se mantuvo como una de las cuatro fuerzas más grandes del país por detrás del izquierdista Pacto Histórico y de los tradicionales partidos Liberal y Conservador.
La analista y profesora universitaria Sandra Borda, que aspiró al Senado por el partido Nuevo Liberalismo, aseguró que “el pronóstico que tenía mucha gente era que se le iba a pasar la cuenta de cobro al partido de Gobierno, al Centro Democrático” por el estallido social del año pasado, pero eso no ocurrió en la magnitud prevista.
“No les fue tan mal tampoco, teniendo en cuenta que era una lista abierta y que por primera vez no iba a estar encabezada por Uribe”, añadió la docente.
El Centro Democrático fue creado en el 2013 y su lista cerrada al Senado fue liderada por Uribe, quien llevó a su partido a ser la segunda mayor fuerza del Senado en el 2014 solo por detrás del Partido de la U, que era liderado por el entonces presidente Juan Manuel Santos.
Cuatro años después, el uribismo presentó una lista abierta cuya cabeza fue el exmandatario, quien recibió 891,964 y sigue siendo, hasta hoy, el congresista con la mayor votación en la historia de Colombia.
Los líos de Uribe
Al analizar las razones del declive del Centro Democrático en los comicios, Uribe dijo que él es principal responsable por los líos judiciales que tiene y que han afectado su reputación.
“Tenemos que ser muy delicados en este momento de la vida democrática de la patria. Disminuimos muchas curules, el principal responsable soy yo, por mi afectación a la reputación”, dijo el exmandatario.
Uribe está inmerso actualmente en un caso de fraude procesal y soborno de testigos que le sigue la Justicia y por el cual dijo que incluso le tocó cancelar eventos de campaña en las regiones para asistir a las audiencias.
En algunos lugares, el exmandatario (2002-2010) no pudo concluir sus eventos porque era recibido con abucheos por personas que lo rechazan, además, por cosas que ocurrieron durante su Gobierno como los “falsos positivos”, como se conoce a las ejecuciones de civiles a manos de militares que los presentaban luego como guerrilleros muertos en combate.
Es por eso que su discurso, ahora, es personalista y clama por “la defensa de la democracia” ante el “problema muy grave” que, dice, supondría la elección del izquierdista Gustavo Petro como presidente de Colombia.
El gobierno de Duque, un lastre
El expresidente Uribe también hizo un llamado para crear un comité político de transición dentro del partido que esté conformado por los senadores electos Miguel Uribe Turbay, María Fernanda Cabal, Alirio Barrera y Paloma Valencia, así como Óscar Darío Pérez, que consiguió un escaño para la Cámara de Representantes por el departamento de Antioquia.
La idea es volver a impulsar un partido “que nació creando unas controversias saludables para Colombia” y “no puede abandonar el camino disruptivo”, según Uribe.
Sin embargo, Cabal, que hace parte del ala más radical del partido y se convirtió el domingo en la mujer más votada en la historia de las elecciones legislativas, criticó durante la reunión al presidente Duque, del que dijo resultó representando otros intereses de los adversarios políticos del Centro Democrático.
“Elegimos Gobierno y no fuimos partido de gobierno”, señaló la congresista, quien agregó que Uribe ha sido “muy prudente en evitar involucrar al Gobierno, pero las consecuencias son claras desde las elecciones regionales”. “Aquí no disfrutamos ser partido de gobierno, aquí se gobernó con adversarios”, añadió.
Según una encuesta de Invamer publicada el pasado 17 de febrero, el 73% de los colombianos desaprueba la forma en que el presidente Duque está manejando país.
Es por ello que la senadora Valencia, otras de las figuras más reconocidas del Centro Democrático, se preguntó durante la reunión qué pasó durante este Gobierno con el partido que dejó de “enamorar a los colombianos”.
La división, además, venía desde antes de los comicios legislativos, pues incluso el mismo Duque confirmó días antes de las votaciones que iba a votar en la consulta presidencial de la coalición derechista Equipo por Colombia, del que no hacía parte el candidato presidencial del uribismo, Óscar Iván Zuluaga.
División de apoyos en las presidenciales
Tras las elecciones del domingo, el candidato presidencial del Centro Democrático desistió de su aspiración y anunció su apoyo personal al candidato del Equipo por Colombia, el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez, porque considera que “solo unidos” pueden salvar “la democracia y la libertad”.
Sin embargo, el partido aún no ha tomado una decisión clara porque si bien Gutiérrez ha cargado con el lastre de “ser el candidato de Uribe” sin que el mandatario haya hecho un apoyo público, hay sectores del Centro Democrático que temen que “Fico” sea un “Duque 2.0″.
En medio de esas discusiones internas, el llamado de Uribe es claro y lo reiteró este jueves: “Cuando la familia tiene problemas debe consultar a los hijos. No estamos para fiestas, se redujo mucho nuestra votación”.
“Unamos apelando a la base. Ni disgregar al Centro Democrático ni estorbar para construir”, concluyó el expresidente, que, pese a las divisiones internas del partido, cuenta con el pleno respaldo de todos sus miembros.