(Foto: Reuters)
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La carrera por conseguir la contra el parece haber llegado a su final. El pasado 2 de diciembre, Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar la vacuna desarrollada por y , y ya se ha comenzado el proceso de vacunación.

Por otro lado, en este mes de diciembre se dará la reunión del comité asesor de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU.(FDA), donde se debatirá una posible autorización de uso de emergencia para esta vacuna. La UE, a través de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), decidirá también, antes de finales de diciembre, si autoriza provisionalmente la vacuna de Pfizer.

Según el portal , este es el mismo proceso que probablemente seguirán las vacunas de Moderna, AstraZeneca / Oxford y Johnson & Johnson, siempre que los datos de eficacia y seguridad resulten sólidos.

La distribución de una vacuna es extremadamente compleja, ya que es necesario tenerlo todo absolutamente previsto, desde el momento en el que las vacunas son expedidas por las empresas farmacéuticas hasta que llegan al brazo de una persona. Y existen varias cuestiones clave a considerar.

Optimización de la insuficiente capacidad de carga aérea

La industria aeronáutica desempeñará un papel clave en la logística, ya que si bien algunas vacunas podrán distribuirse por carretera, el desafío de la capacidad de distribución, desde los centros de producción hasta los puntos de destino, requerirá de la participación y el esfuerzo de todas las aerolíneas para que las vacunas lleguen a las personas.

La ha señalado que “para proporcionar una dosis única a 7,800 millones de personas serían necesarios 8,000 aviones de carga Boeing 747”. Por su parte, Boeing, en su publicación Commercial Market Outlook 2020-2039, señala que, en la actualidad, la flota mundial de carga es de 2,010 aviones, un número muy inferior a los 8,000 necesarios. Hay que considerar, además, que no todas las aeronaves de carga disponibles son del modelo 747.

Cabe resaltar, que las operaciones de vuelo requieren de una autorización especial por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA), ya que las necesidades de hielo seco para mantener la temperatura de grandes cantidades de vacunas exceden los protocolos de seguridad vigentes para la industria aeronáutica.

Limitaciones logísticas en la cadena de frío

Para establecer los requisitos de la logística de distribución, el primer paso consiste en determinar los lugares de recepción y almacenamiento de la vacuna, para después proceder a diseñar las operaciones de distribución.

La vacuna de Pfizer debe almacenarse a temperaturas de -70℃ (temperaturas más gélidas que las de la Antártida), mientras que la de Moderna también debe congelarse, pero solo a -20℃ (temperaturas de un congelador estándar). El resto de vacunas, las cuales no desarrollan tecnología ARN mensajero, presentan restricciones menores de almacenamiento en frío.

Posteriormente, estas vacunas deben ser distribuidas hasta los puntos de vacunación designados en cada país. Entre ellos, se incluirán centros médicos, clínicas y hospitales. Por otro lado, resulta necesario que estos lugares dispongan de suficiente personal capacitado, de los equipos necesarios para custodiar las dosis y del espacio adecuado para poder vacunar a un gran número de personas.

Por lo tanto, en esta fase, la vacuna de Pfizer también presenta mayores limitaciones operativas para mantener la cadena de frío requerida.

Modelos de distribución

En lo relativo a la logística de distribución, resulta necesario considerar diferentes opciones para el diseño de la . Las opciones van a depender de los requisitos de temperatura, las distancias de transporte, y los volúmenes a distribuir, así como de los aspectos relacionados: coste, tiempo de entrega, capacidad de almacenamiento y disponibilidad de embalaje y equipo.

Lo más probable es que, durante los primeros meses de vacunación, se recurra al modelo de envíos directos, en palés o cajas, directamente desde el punto de fabricación hasta el destino final por camión o por avión. Esta modalidad podría tener sentido para la distribución global inicial o en los casos en los que los puntos de vacunación estén cerca del punto de fabricación.

Si bien la solución de emplear centros de distribución locales presenta una mayor garantía de existencias. Sin embargo, requiere de centros de almacenamiento para recibir grandes volúmenes y de infraestructura para la conservación, manipulación y división de grandes unidades en otras de tamaño “paquete” para su almacenamiento y posterior entrega diaria de última milla. Esta parece una solución más a medio plazo, quizás cuando se consiga un mayor grado de estabilización de las vacunas y los requisitos de temperatura y manipulación sean menos agresivos.

Coordinación y trazabilidad

La distribución de las vacunas requiere de una coordinación nueva, exacta y precisa entre todos los agentes implicados en la cadena de suministro. Aquellos datos que se consideren relevantes deberán ser recopilados y compartidos rápidamente entre expertos sanitarios, científicos y expertos de la cadena de suministro.

Esa información deberá servir para ir mejorando los planes previstos por las autoridades competentes de todos los países. La distribución de las vacunas necesita de la colaboración global y de un diseño específico y viable para realizar las entregas de última milla en los centros de vacunación.

El éxito de la vacunación también requiere del seguimiento: el control de los lotes y la serialización estandarizada de viales. La industria y la logística farmacéutica son ampliamente reconocidos por la eficacia y trazabilidad de sus operaciones. De hecho, sus técnicas, estándares y protocolos se replican en otros mercados que operan con mercancías altamente sensibles, como la industria alimentaria, la cosmética o las mercancías peligrosas.

En realidad, la logística farmacéutica ya ha demostrado estar preparada tecnológicamente. El reto ahora es disponer de la capacidad suficiente para hacer frente a unos volúmenes (milmillonarios) nunca antes vistos.