Los países de economías avanzadas deberían proporcionar “inmediatamente” ayuda a los países en desarrollo cuya carga de deuda aumentó debido a la pandemia de COVID-19, afirmó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
En un mensaje a los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del Grupo de los 20 (G20), que se reúnen en Yakarta esta semana, renovó su pedido de acción urgente por parte de los acreedores, advirtiendo de las terribles consecuencias si no lo hacen.
“Estimamos que alrededor del 60% de los países de bajos ingresos están agobiados por la deuda o tienen un alto riesgo de estarlo, el doble de los niveles del 2015″, dijo en una publicación de blog.
“Estas economías y muchas otras necesitarán una mayor movilización de ingresos internos, más subvenciones y financiamiento, y más ayuda para hacer frente a su deuda de inmediato”, apuntó.
Al inicio de la pandemia de COVID-19, en abril deL 2020, el G20 lanzó la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) para ayudar a los países que aumentaron su endeudamiento a enfrentar la doble crisis sanitaria y económica, pero ese programa finalizó en diciembre.
La gran mayoría de países beneficiarios son de África, aunque también se incluyen Haití, Afganistán, Islas Salomón, Nepal, Tayikistán y Yemen.
Además, en noviembre de 2020, el G20 creó un “marco común” para reestructurar las grandes cargas de deuda. Pero esto sigue sujeto a incertidumbre y solo tres países, Chad, Etiopía y Zambia, solicitaron una reestructuración según esos términos.
Georgieva instó a “revitalizar” el marco común, comenzando con “un alto en los pagos del servicio de la deuda durante la negociación”. También pidió que el programa se extienda “a una gama más amplia de países altamente endeudados”.
Un escollo clave en el proceso de reestructuración de la deuda es la falta de información precisa sobre los niveles de endeudamiento, especialmente en los préstamos de China.
Las instituciones multilaterales de préstamo con sede en Washington han pedido una mayor transparencia, incluso sobre las deudas de las empresas privadas.
Abordar el tema de la deuda será crucial dado que el aumento de la inflación ha llevado a los bancos centrales en las economías avanzadas a subir sus tasas de interés, lo cual ejercerá más presión sobre los prestatarios.
Georgieva advirtió que si “las condiciones financieras se endurecen repentinamente, los países emergentes y en desarrollo deben estar preparados para posibles reversiones de flujos de capital”.
Dijo que es posible que las autoridades tengan que intervenir en los mercados de divisas para hacer frente a los “shocks” e incluso imponer medidas para contener el éxodo de capital.
Enfatizó que superar la emergencia sanitaria en todo el mundo sigue siendo fundamental para garantizar la recuperación económica, y señaló que el FMI proyecta “pérdidas de producción global acumuladas por la pandemia de casi US$ 13.8 billones hasta el 2024″.