Los incidentes protagonizados por los pasajeros en los aviones han aumentado exponencialmente en Estados Unidos en el año que termina, debido sobre todo a la negativa de muchos de ellos a usar la mascarilla, obligatoria en todos los vuelos para evitar la propagación del COVID-19.
El diario neoyorquino Wall Street Journal recogió un estudio de la Administración Federal de Aviación (FAA, siglas en inglés) que arroja un aumento de 463% de incidentes a bordo de las aeronaves en el 2021 con respecto al año anterior, y se traducen en una cantidad total de US$ 1 millón en sanciones, aunque casi nunca llegan a cobrarse.
Del total de sanciones incoadas por agentes de la FAA, más de la mitad lo fueron por la negativa a llevar mascarilla, pero además muchas de las otras sanciones fueron por irregularidades de esas mismas personas que rechazaban el tapabocas.
Pero hay muchos incidentes que no terminan en sanciones, y es ahí donde la importancia de la mascarilla aparece con más claridad: de los 5,000 informes de violaciones de los pasajeros, 4,000 lo fueron por rehusar su uso una vez en el avión.
La FAA ha advertido esta semana que va a poner a los pasajeros problemáticos en una especie de “lista negra” que les impedirá saltarse los controles más engorrosos en los aeropuertos, controles de los que serán eximidos los pasajeros más respetuosos con las reglas.
A pesar del aumento de casos de coronavirus, especialmente de su variante ómicron, se espera una afluencia récord en los aviones, y así, United Airlines prevé 420,000 desplazamientos diarios del 16 de diciembre al 3 de enero, y Delta calcula que serán 7.8 millones los viajeros en sus trayectos del 17 al 3 de enero, según el diario.