Casi parece injusto. Los dinosaurios carnívoros estaban armados con amenazantes dientes, blandían peligrosas garras y presumían de una aguda visión y sentido del olfato. Y, como confirma una nueva investigación, algunos también eran bastante rápidos.
Dos rastros de huellas fosilizadas del Cretácico de hace unos 120 millones de años, descubiertos en la región española de La Rioja, muestran que las especies de dinosaurios carnívoros de tamaño medio que las dejaron podían correr a unos 45 kilómetros por hora, según dijo el jueves un grupo de científicos.
Esta velocidad es similar a la alcanzada por el velocista jamaicano Usain Bolt, el ser humano más rápido del mundo.
Se descubrieron dos rastros de huellas situados a unos 20 metros de distancia entre sí, una con siete huellas y la otra con cinco.
Cada huella -una impresión de una pata de tres dedos con garras- mide unos 30 cm de largo. Fueron impresas en la superficie fangosa de una llanura lacustre en una región también poblada por dinosaurios herbívoros de cuello largo, dinosaurios bípedos herbívoros, reptiles voladores llamados pterosaurios, cocodrilos y tortugas.
“Su capacidad de correr muy rápido y sus habilidades de maniobra seguramente les permitían perseguir a sus presas de forma muy eficiente”, dijo Pablo Navarro-Lorbes, estudiante de doctorado en paleontología de la Universidad de La Rioja y autor principal de la investigación publicada en la revista Scientific Reports.
Las huellas presentan características que demuestran que fueron realizadas por un terópodo, un grupo que engloba a todos los dinosaurios carnívoros, incluido el famoso Tyrannosaurus rex. Los terópodos eran bípedos y el más grande podía medir 15 metros de largo.
Los investigadores creen que las huellas fueron hechas por dos individuos diferentes de la misma especie. Sospechan que pertenecían a una de las dos familias de terópodos: los espinosaurios, muchos de los cuales se alimentaban de peces, o los Carcharodontosaurus, conocidos por sus dientes de tiburón. Los individuos medían entre 4 y 5 metros de largo y 2 metros de alto, y pesaban entre 200 y 300 kilos.
La velocidad de carrera se calculó a partir de la relación entre la altura de la cadera del animal -estimada a partir de la longitud de la huella- y la longitud de la zancada. La longitud de zancada de uno de los rastros es de 5.6 metros, mientras que la del otro es de 5.2 metros.
Uno de los dinosaurios podía correr a una velocidad de entre 31.7 y 44.6 kilómetros por hora -una de las velocidades más altas jamás estimadas para un dinosaurio- y el otro a una de entre 23.4 y 37.1 kilómetros por hora. Una de las huellas indica un aumento suave de la velocidad. La otra sugiere que el animal maniobraba mientras corría.
De las innumerables huellas de dinosaurios encontradas en todo el mundo, casi todas fueron dejadas por un saurio al caminar y no al correr. La velocidad de carrera más rápida estimada a partir de las huellas fue la de un terópodo del periodo Jurásico en el estado de Utah, en Estados Unidos, de 55 km por hora.