Las hepatitis agudas en niños, de las que se han detectado más de 150 casos en una decena de países, sobre todo europeos, generan interrogantes e inclusos temores de una nueva epidemia, en tanto el origen de esas graves inflamaciones del hígado sigue siendo desconocido.
Panorama
Todo surgió en Reino Unido, que cuenta con el mayor número de casos (114). Luego se han revelado en España (13), Dinamarca (6), Irlanda (menos de 5), Países Bajos (4), Italia (4), Francia (2), Noruega (2), Rumania (1), y Bélgica (1), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuera de Europa, Israel (12 casos) y Estados Unidos (al menos 9) se suman a la lista.
Los niños afectados tienen de un mes a 16 años, pero la mayoría son menores de diez años, y muchos son menores de cinco años. Ninguno tenía otra enfermedad. Hubo un fallecimiento.
“Las investigaciones prosiguen en los países donde se dieron casos. Actualmente, la causa actual de la hepatitis es desconocida”, según el Centro europeo de prevención y de control de enfermedades (ECDC).
De momento, una causa infecciosa parece lo más probable, pero no se ha establecido ningún vínculo común con un alimento contaminado o tóxico que pueda ser identificado.
Porque es inusual
Una hepatitis es una inflamación del hígado, como reacción a un virus, a tóxicos (drogas, venenos, etc.) o a enfermedades autoinmunes o genéticas. Su evolución suele ser benigna y sus principales síntomas -fiebres, diarreas, dolores abdominales- se resuelven rápidamente o son débiles. A veces, de forma más inhabitual, pueden provocar una insuficiencia renal.
Pero “la creciente alza del número de niños afectados por una súbita hepatitis es inusual y preocupante”, indicó al Science Media Center británico Zania Stamataki, del centro de investigación sobre el hígado y el aparato gastrointestinal de la Universidad de Birmingham.
El hecho de que algunas hepatitis afecten a niños de entre uno y cinco años sorprende aún más a los especialistas, así como la necesidad, a veces, de un trasplante.
Y no han sido detectados en ninguno de los casos los habituales virus que originan la hepatitis viral aguda (de A a E), subrayan el ECDC y la OMS.
Adenovirus, sospechoso potencial
Entre las posibles pistas, los adenovirus fueron detectados en al menos 74 niños, de los cuales 18 adenovirus del llamado “tipo 41″.
Varios países, entre ellos Irlanda y Países Bajos, han informado de una creciente circulación de estos adenovirus.
Son virus banales y bastantes conocidos, que provocan generalmente síntomas respiratorios (bronquitis, faringitis, etc.), oculares (conjuntivitis), o problemas digestivos (gastroenteritis).
La mayoría de los humanos son infectados por estos virus antes de los cinco años.
Pero su papel en el desarrollo de las misteriosas hepatitis no está claro.
Además el adenovirus 41 no es conocido como una causa de hepatitis entre los niños en buena salud, como observa la OMS.
Una nueva cepa de adenovirus podría estar implicada entonces, según algunos científicos británicos.
Interrogaciones sobre el COVID
La posibilidad de una relación con el COVID-19, que sigue circulando, figura también entre las hipótesis.
El COVID-19 fue detectado en 20 de los niños. Y otros 19 mostraron una coinfección de COVID y de adenovirus.
Pero “si esas hepatitis estuvieran causadas por el COVID, sería muy sorprendente que no fueran mucho más numerosas dada la fuerte circulación del Sars-Cov2″, destaca Graham Cooke, especialista de enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres, al Science Media Center.
Tras más de dos años de pandemia y de gestos de protección, el tema de una “deuda” inmunitaria que haría más frágiles a ciertos niños es planteado por algunos científicos, aunque sin certezas.
En fin, un eventual papel de las vacunas antiCOVID ha sido descartado: la gran mayoría de los niños afectados no estaban vacunados, según la OMS.