Mientras sostiene un lingote hecho de los metales preciosos de teléfonos móviles usados, el director de Medio Ambiente de la Comisión Europea (CE), Daniel Calleja, expone que los vertederos de las ciudades tienen que verse como minas de oro urbanas.
Una nueva mirada transformadora y más ambiental sobre estos sitios abarrotados de toneladas de basura posibilita la idea de que "el residuo de una empresa pueda ser la materia prima de otra", dice Calleja en su visita a Ciudad de México.
Qué hacer con los residuos es un desafío que enfrentan muchos países, entre ellos México, nación que se ha comprometido con un objetivo todavía lejano: generar cero residuos.
La CE, que viajó al país latinoamericano por el evento Misión Economía Circular que se celebra estos días, entregó al país un informe al respecto.
"Hay que reformar la legislación sobre la responsabilidad extendida del productor, tener objetivos claros, imponer la colecta separada e invertir en infraestructura", aconseja el experto.
Después, observa una situación algo surrealista: la distancia que existe entre la capital del país y sus vertederos.
"Los tienen a 40 kilómetros; esto implica mayor coste de transporte, más emisiones", comenta.
De acuerdo con Calleja, México genera al año 44 millones de toneladas de residuos, con expectativa de que la cifra aumente a 65 millones próximamente.
De esos 44 millones, solamente se recicla un 9.6%. En comparación con Europa, que tiene como objetivo para el 2030 reciclar 65% de sus residuos, la cifra es baja.
Los desechos no reciclados, además, hacen que los suelos se contaminen.
El maestro en Economía y Administración de Empresas por la Universidad Pontificia de Comillas, España, apunta también al tratamiento de aguas y a la necesidad de transformar los residuos en energía como otros asuntos en los que México debe enfocarse en materia ambiental.
Y es que 19% de las plantas de tratamiento de aguas tienen dificultades de operación.
También está el reto de mejorar la calidad del aire y el de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Una de las soluciones a los problemas es implementar la economía circular, la cual propone un modelo más sustentable en que el desperdicio de las empresas es menor.
Estos días, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México y la CE mantuvieron reuniones al respecto.
"Hay grandes oportunidades de colaboración y de desarrollar políticas conjuntas", asegura Calleja.
Muy optimista, considera que "cuando hay voluntad política, se pueden resolver los problemas".
Sobre quién debe tomar el liderazgo en este tema, si las empresas o los gobiernos, sostiene que ambos: "Cada uno en su esfera de actividad".
"Los Gobiernos tienen los marcos regulatorios, que son importantes", dice, mientras las empresas tienen la oportunidad de crecer de la mano de la sostenibilidad.
Muchas ya lo están haciendo, a sabiendas de que "las empresas más rentables son aquellas que han integrado la sostenibilidad en su modelo de negocio".
"Las que lo hacen se dan cuenta de que el medioambiente no es un coste adicional, sino una oportunidad porque van a contaminar menos y a crecer más", asevera.
Además, a ojos de los consumidores, las empresas verdes están mejor valoradas. "Los servicios verdes, los productos verdes, interesan más a los ciudadanos", sostiene el funcionario europeo de nacionalidad española.
La economía circular también ofrece a las empresas ahorrar. En Europa se ha contabilizado que las empresas circulares tienen ahorros de 600,000 millones de euros.
También hay un beneficio medioambiental, con la estimación de que se van a reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta 4% si las empresas son circulares.