Jerusalén/Gaza.- El grupo islamista Hamás e Israel completaron este sábado un quinto canje en el que fueron liberados tres rehenes israelíes a cambio de 183 detenidos y presos, en un intercambio marcado por la visible malnutrición y deterioro físico de los tres excautivos, lo que azuzó la alarma del peligro vital que padecen.
“Mientras (el primer ministro Israelí, Benjamín) Netanyahu se aloja en una suite de un hotel de lujo (en EE.UU.), los israelíes están siendo liberados con aspecto de supervivientes del Holocausto”, denunció, en declaraciones a Haaretz, el padre del soldado rehén Nimrod Cohen, quien no será liberado hasta la segunda fase y no está claro si sigue con vida.
“Así como Netanyahu cooperó con Hamás financiándolo, ahora está cooperando con ellos haciendo selecciones entre hombres y mujeres, entre civiles y soldados, y alargando el proceso de liberación durante semanas, permitiendo a Hamás liberarlos poco a poco en un espectáculo humillante y vergonzoso”, continuó Cohen sobre su hijo, quien fue secuestrado de un tanque averiado el 7 de octubre de 2023 cerca de la divisoria con Gaza.
Poco antes del mediodía, los exrehenes Ohad Ben Ami, Eli Sharabi y Or Levy cruzaron a territorio israelí tras 16 meses de cautiverio, con rostros cadavéricos, pálidos y envejecidos, lo que llevó a Netanyahu a advertir que imágenes tan “chocantes no quedarán sin respuesta”.
Sin embargo, el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos, el principal grupo de afectados a favor de un acuerdo, le trasladó en una carta a Netanyahu que no quieren más “aplazamientos ni venganza”, sino que garantice que se van a cumplir todas las etapas del acuerdo de alto el fuego, la única acción -dijeron sus miembros- que va a permitir “salvar vidas”.
Desde la toma militar del cruce de Rafah en mayo de 2024, Israel solo permitió de media la entrada de unos 3,000 camiones al mes con ayuda humanitaria y comida a Gaza, según datos de la ONU y la URNWA, mientras que la media preguerra superaba los 500 camiones diarios. Esto provocó hambre entre la población y, según la Sanidad gazatí, la muerte por desnutrición de decenas de bebés.
Denuncian palizas entre los presos palestinos
El quinto intercambio de hoy aumentó a 21 el número total de rehenes liberados desde el inicio del alto el fuego, incluidos cinco nacionales tailandeses, a cambio de cerca de 800 detenidos y presos palestinos, según cifras de la Cruz Roja.
Sin embargo, de los 76 rehenes que aún quedan en Gaza -incluidos tres que llevan años y más de una treintena ya muertos-, la inmensa mayoría solo serán liberados en la segunda y tercera fases del acuerdo, cuando Israel debe garantizar una “calma sostenible” en el enclave y abandonar la Franja; algo a lo que Netanyahu se opone.
Una hora más tarde de la llegada a Israel de los excautivos, 40 prisioneros palestinos fueron también liberados en Ramala, Cisjordania ocupada, mientras que 131 fueron devueltos a Gaza -111 de ellos arrestados de forma masiva tras el ataque de Hamás-, siete con condenas graves fueron deportados a Egipto y cinco liberados en Jerusalén Este.
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Entre los que irrumpieron entre vítores de la muchedumbre en Ramala, hubo al menos siete que fueron transportados en ambulancias al hospital, dado su malo estado de salud, y otros que dijeron haber sufrido palizas en las cárceles israelíes -al igual que testimonios de canjes anteriores- en los días previos a su liberación.
Mohamed Jalil Bao relató a EFE cómo, de camino a la cárcel de Ofer donde Israel agrupa a todos los prisioneros antes de su liberación, uno de los guardias le había golpeado de forma repetida el torso, rompiéndole algunas costillas.
El padre y también exprisionero palestino Fajri Barguti, liberado durante el canje masivo de presos por el soldado israelí Guilad Shalit en 2011, aseguró haber recibido de madrugada una paliza a manos de soldados israelíes después de que estos allanaran la casa familiar en la aldea de Kobar, con el fin de evitar celebraciones palestinas.
Su hijo Shadi, liberado en el intercambio de hoy tras haber pasado 23 años en prisión por planear ataques en Israel, denunció también desde Ramala la pérdida extrema de peso y los “comportamientos nazis, rencorosos y abyectos” a los que los palestinos son sometidos bajo el sistema militar israelí.
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