Mientras empresas, inversores y políticos se preocupan por los atascos en los puertos, los costos de los fletes y la escasez de papas fritas, algunos indicadores empiezan a mostrar que la tensión en la cadena de suministro mundial puede estar disminuyendo.
Los problemas de la cadena de abastecimiento han dominado la última temporada de resultados de las empresas y las menciones a estos problemas entre los ejecutivos han aumentado un 412% respecto del año pasado, según un recuento de BofA.
En los próximos meses se verá si los problemas de la cadena de suministro presagian un escenario tóxico de estanflación para la economía mundial o son sólo un bache en el camino hacia la recuperación. También determinarán cómo se comportan las expectativas de inflación, la política monetaria y las utilidades empresariales.
Estos son algunos indicadores que muestran que los problemas pueden estar remitiendo:
1- Barcos y puertos
Los costos del transporte marítimo de mercancías, según el índice Baltic Exchange Dry, han bajado un tercio en el último mes, tras haber alcanzado en octubre su valor más alto desde el 2008.
Los datos del agente naviero Alibra Shipping muestran que los contratos a seis meses para las rutas del Atlántico y el Pacífico en buques de carga seca de gran tamaño cuestan US$ 54,000 y US$ 52,500 diarios. Para los contratos a 12 meses, las rutas del Pacífico bajan a US$ 36,000 y luego a US$ 26,000 a dos años vista.
“Esto podría significar que el mercado no prevé que la situación de congestión portuaria sea un problema tan grande el próximo año”, dijo la jefa de investigación de Alibra, Rebecca Galanopoulos.
La congestión portuaria ha disminuido en la mayoría de los puertos chinos, pero el gigantesco terminal de contenedores de Los Ángeles/Long Beach sigue teniendo un retraso de 222,000 TEU (una unidad equivalente a veinte pies), según el analista de RBC Michael Tran.
La métrica de RBC sobre el tiempo de giro del puerto clave de Estados Unidos está en 7.5 días, frente a los 3.5 días de antes de la pandemia de coronavirus, y Tran no espera que la normalidad se restablezca hasta mayo del 2022.
2- Inventarios
Los gerentes de compras dicen que los plazos de entrega de los fabricantes de todo el mundo se están deteriorando, y el índice global de plazos de entrega bajó a 34.8 el mes pasado. Cualquier número bajo 50 muestra que las entregas están tardando y la lectura de octubre fue la peor de la que se tenga registro.
Analistas de Jefferies esperan que la escasez se intensifique a finales del 2021, antes de que la demanda se desplace hacia los servicios. Según ellos, esto debería garantizar que los cuellos de botella en la cadena de abastecimiento comiencen a despejarse en el primer trimestre del 2022, a medida que la demanda estacional desciende bruscamente y se reponen los inventarios.
La relación entre pedidos e inventarios de los gerentes de compras de la zona euro ha ido disminuyendo y algunos fabricantes ya se preparan para la escasez se transforme en exceso.
“El nivel actual de la demanda de bienes duraderos es insostenible”, dijo Paul Donovan, economista jefe de UBS Global Wealth Management, que espera que los consumidores dejen de comprar bienes para gastar más en servicios.
3- Chips
Las perspectivas para los semiconductores son más oscuras. La escasez de chips reducirá la producción mundial de vehículos ligeros en 5 millones este año, según estimaciones de IHS Markit, mientras que algunos fabricantes de automóviles advierten que las limitaciones podrían durar gran parte del 2022.
Sin embargo, el ejecutivo de Toyota, Kazunari Kumakura, dijo que lo peor ya pasó.
El gestor de activos Capital Group sostuvo que los fabricantes de automóviles que cancelaron sus pedidos cuando se produjo la pandemia se vieron obligados a hacerlo, porque la creciente demanda de chips de los sectores del juego y la computación en la nube absorbió los semiconductores disponibles.
“Dado que se tarda unos cuatro meses en fabricar chips para automóviles, es probable que la situación se corrija por sí sola a finales de este año”, escribió el gestor de activos en agosto.
Los proveedores de chips de Malasia prevén que el mercado tardará entre dos y tres años en llegar a normalizarse de forma más generalizada, pero la industria también está impulsando la producción, con unas ventas en el tercer trimestre que han aumentado a US$ 145,000 millones, según la Asociación de la Industria de Semiconductores.
4- Madera, papel y metal
La ralentización del crecimiento de China puede jugar en contra de nuevas alzas de los precios de las materias primas, y la agencia Fitch señala que la debilidad de los mercados inmobiliarios está “provocando un desplome del precio del mineral de hierro”.
Pekín también ha tomado medidas para controlar los precios de la energía, después de que la escasez de electricidad cerró muchas fábricas y minas. Las medidas han hecho que los futuros del carbón hayan bajado desde sus máximos históricos y también han afectado a los precios de los metales.
Del mismo modo, el repunte récord del mercado de la pulpa de papel en China a principios de este año hizo que los precios se dispararan en todo el mundo, provocando una escasez de materiales de embalaje. Pero desde mayo, los futuros de la celulosa que se negocian en Shanghái han bajado un 30%.
Los futuros estadounidenses de la madera, un componente clave de la construcción de viviendas, también están un 60% por debajo de los máximos de la primavera boreal.
5- COVID-19
Las tasas de vacunación contra el COVID-19 están aumentando en los principales países fabricantes, especialmente en los proveedores de chips como Malasia y Taiwán, lo que hace menos probable que se produzcan interrupciones de la producción.
UBS estima que las tasas de vacunación en Vietnam, Taiwán y Malasia deberían alcanzar el 80% en enero del 2022. Jack Janasiewicz, estratega de carteras de Natixis, es optimista respecto de las cadenas de suministro, siempre que se domine el COVID-19.
“Si no podemos mantener el COVID-19 bajo control, vamos a acabar teniendo los mismos problemas una y otra vez. Van a seguir llegando en oleadas”, sostuvo.