La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, defendió la “credibilidad” del organismo que dirige al asegurar que los “problemas” en este sentido están en el Banco Mundial (BM).
Georgieva respondía así, en la rueda de prensa de arranque de la asamblea anual del FMI y el BM, a preguntas sobre la auditoría que reveló presiones inapropiadas del Banco Mundial para favorecer a China en un informe sobre clima de negocios cuando la economista búlgara trabajaba allí.
El FMI expresó este lunes su “confianza plena” en Georgieva tras una revisión “exhaustiva” de las acusaciones de mala práctica por haber sido parte de estas presiones cuando estaba en el banco en el 2017.
“No hay dudas sobre la credibilidad del FMI, de nuestros datos, de nuestra investigación. Así que el problema se encuentra al otro lado de la calle”, señaló Georgieva en referencia a la sede del BM, que se encuentra justo en frente del Fondo en el centro de Washington.
De hecho, remarcó que fue contratada para trabajar de nuevo en el BM en enero del 2017, bajo la presidencia del estadounidense Jim Yong Kim, porque “la moral estaba muy baja y había una atmósfera de miedo” y que “nueve meses después, una encuesta entre trabajadores del organismo mostró un significativo aumento en la confianza con la dirección”.
Sobre la investigación, Georgieva subrayó que el directorio ejecutivo del FMI, ante el que compareció en dos largas sesiones en los últimos días, hizo un trabajo “muy serio” para examinar las acusaciones.
El portavoz del organismo, Gerry Rice, confirmó en un comunicado enviado en la noche de este lunes que “el directorio ejecutivo consideró que la información presentada durante su revisión no mostró de manera concluyente que la directora gerente jugó un papel inapropiado respecto al informe “Doing Business” cuando era directora ejecutiva del BM.
Poco después de conocerse la decisión, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, afirmó en un comunicado que no había motivo para la renuncia de Georgieva, pero advirtió que la auditoría había planteado “preocupaciones legítimas” y que el Fondo y el BM debían tomar medidas para “reforzar su integridad y credibilidad”.
La crisis se desató el pasado 16 de setiembre cuando el bufete de abogados Wilmer Hale divulgó una auditoría interna del BM en la que señalaba que varios altos funcionarios del organismo, entre ellos Georgieva, presionaron entonces desde dentro del organismo de manera “indebida” para mejorar la clasificación de China en su informe periódico “Doing Business”.
El objetivo era mejorar su clasificación en un momento en que el BM buscaba el apoyo de Pekín para incrementar su capital.
Como consecuencia de estas acusaciones, el BM ha cancelado la divulgación del informe, una de sus publicaciones más influyentes.
La economista búlgara fue directora ejecutiva del BM desde enero del 2017 hasta el 1 de octubre del 2019, antes de pasar a encabezar el FMI para suceder a la francesa Christine Lagarde.