
Las mayores empresas tecnológicas apuestan por un futuro dominado por la inteligencia artificial, impulsado por gigantescos centros de datos llenos de servidores. Ahora que el costo de esa apuesta se hace más evidente, está poniendo a prueba los nervios en Wall Street.
Tres referentes del sector —Alphabet Inc., Meta Platforms Inc. y Microsoft Corp.— acumularon juntos unos US$ 78,000 millones en gasto de capital el trimestre pasado, un alza de 89% respecto al año anterior.
La mayor parte de ese dinero se destinó a la construcción de centros de datos y a procesadores gráficos, además de otros equipos para equiparlos. Cada compañía aumentó sus proyecciones de gasto futuro, lo que fue suficiente para inquietar a los inversionistas, acostumbrados a cifras elevadas.
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Meta advirtió que el gasto en 2026 será “notablemente mayor” que en 2025. Y este jueves busca vender al menos US$ 25,000 millones en bonos con grado de inversión, según Bloomberg, lo que subraya su apetito por endeudarse. Las acciones de Meta cayeron hasta 14% tras la apertura en Nueva York, su peor descenso intradía en 18 meses. Microsoft bajó hasta 2.5%.
Aunque los inversionistas de Google recibieron con calma su incremento de gasto, haciendo subir sus acciones hasta 6.2% después de la apertura del jueves, los reportes reavivaron dudas sobre si se está formando una burbuja.
En una llamada con ejecutivos de Microsoft, el analista de Bernstein Mark Moerdler preguntó si estaban seguros de que las inversiones en inteligencia artificial serían rentables. “O, francamente, ¿estamos en una burbuja?”, planteó.
La directora financiera de Microsoft, Amy Hood, reiteró que la empresa no puede satisfacer la demanda actual de servicios de inteligencia artificial y otras áreas, incluso tras gastar decenas de miles de millones en los últimos trimestres. “Pensé que íbamos a alcanzarla”, dijo. “No lo hicimos. La demanda sigue creciendo. Y no solo en un lugar, sino en muchos”.
Microsoft fue una de las primeras en impulsar el auge de la inteligencia artificial con una inversión de US$ 13,000 millones en OpenAI. Su expansión de centros de datos es clave para mantener el liderazgo en ese campo.
Aun así, sorprendió a los inversionistas al registrar un gasto récord de US$ 34,900 millones en el trimestre de septiembre.
La división de computación en la nube Azure —el principal vehículo de Microsoft para recuperar esas inversiones— mantuvo un rápido crecimiento de ingresos, aunque al mismo ritmo que el trimestre previo. Un alza mayor habría ofrecido más garantías de que el gasto vale la pena.
Por su parte, Alphabet ofreció un panorama más alentador. Su asistente de inteligencia artificial Gemini alcanzó 650 millones de usuarios activos mensuales, un aumento de 44% respecto a tres meses antes. Además, su plataforma de nube obtuvo más contratos por encima de los US$ 1,000 millones en los primeros nueve meses de 2025 que en los dos años previos, informó la directora financiera Anat Ashkenazi en una llamada con analistas.
Los ingresos por servicios en la nube subieron 34% a US$ 15,200 millones, superando la estimación de US$ 14,800 millones. Pero los gastos también aumentan. La compañía espera un gasto de capital de hasta US$ 93,000 millones este año, frente a una previsión anterior de US$ 85,000 millones, y anticipa un “aumento significativo” el próximo año.
Los inversionistas tendrán una visión más completa del sector de computación en la nube este jueves, cuando Amazon.com Inc., líder del mercado, publique sus resultados. Apple Inc. también dará a conocer sus cifras trimestrales esa tarde.
De las tres compañías que reportaron el miércoles, Meta ofreció la imagen más contundente. Además de registrar un extraordinario cargo fiscal de US$ 16,000 millones, advirtió que el gasto de capital crecerá a un ritmo “considerablemente más rápido” el próximo año.
A diferencia de Microsoft y Google, Meta no es un gran proveedor de servicios en la nube para clientes externos. Eso hace que su ofensiva de gasto sea más arriesgada.
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Si Microsoft y Google sobrestiman la demanda de servicios de inteligencia artificial, aún pueden vender capacidad informática sobrante a otros. Esa demanda externa sigue sólida: ambas empresas reportaron fuertes aumentos en sus carteras de pedidos, una medida de los compromisos futuros de gasto de los clientes.
La cartera comercial de Microsoft, que incluye algunos gastos no vinculados a la nube, alcanzó US$ 392,000 millones. La de Google llegó a US$ 155,000 millones, casi el doble que hace 18 meses.
En el caso de Meta, el retorno de su apuesta en inteligencia artificial es menos claro. La empresa, que integra esos servicios en Instagram y Facebook, afirma que las inversiones le permitirán optimizar la segmentación publicitaria, su principal fuente de ingresos.
Durante la conferencia de resultados del miércoles, Zuckerberg dijo que la compañía tiene opciones si termina gastando demasiado en infraestructura. En un escenario, podría usar la capacidad informática adicional en su negocio principal; en otro, venderla a otras empresas.

“Aún no lo hemos hecho”, dijo. “Pero, obviamente, si llegas al punto de haber construido de más, podrías considerarlo como opción”.
La compañía también enfrenta preocupaciones por el gasto en su división Reality Labs, que fabrica gafas inteligentes y otros dispositivos portátiles de inteligencia artificial. El negocio reportó una pérdida de US$ 4,400 millones en el tercer trimestre, con ingresos de solo US$ 470 millones.
Aun así, las gafas inteligentes son una “gran oportunidad”, sostuvo Zuckerberg. Y el riesgo mayor en inteligencia artificial, argumentó, es gastar poco, no demasiado.
“Creo que aún es temprano, pero ya estamos viendo retornos en el negocio principal”, dijo. “Eso nos da mucha confianza para invertir más y asegurarnos de no quedarnos cortos”.







