Cuando su hijo de 11 años comenzó a perder peso y beber mucha agua, Tabitha y Bryan Balcitis lo atribuyeron a un estirón y a consejos de su clase de salud. Pero un mal humor inusual y letargo les causaron preocupación y pruebas revelaron que sus niveles de glucosa en la sangre estaban sumamente elevados.
Apenas seis meses después de sufrir síntomas moderados del COVID-19, el niño de Crown Point, Indiana, recibió un diagnóstico de diabetes Tipo 1. Sus padres estaban anonadados — la diabetes no es común en la familia, pero los trastornos autoinmunes sí lo son y los médicos les dijeron que eso pudiera ser un factor.
¿Había un vínculo entre su diabetes y el coronavirus?, se preguntó la madre de Nolan, que es una terapeuta respiratoria. Resulta que científicos en Estados Unidos y otras partes se están preguntando lo mismo e investigando si la conexión es más que una coincidencia.
Está claro que en aquellos que ya tienen diabetes, el COVID-19 puede empeorar el padecimiento y causar graves complicaciones. Pero hay otros vínculos posibles. Nueva evidencia indica que el coronavirus — al igual que otros virus — puede atacar las células productoras de insulina en el páncreas — un proceso que puede desatar diabetes al menos temporal en personas susceptibles.
El aumento de los casos pudiera reflejar también circunstancias relacionadas con las restricciones por la pandemia, incluyendo la demora de cuidados médicos por síntomas iniciales de diabetes y malos hábitos alimentarios e inactividad en personas ya en riegos de diabetes Tipo 2.
Un reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) examinó dos bases de datos de seguros en Estados Unidos que incluyeron nuevos casos de diabetes desde marzo del 2020 hasta junio del 2021.
La enfermedad fue sustancialmente más común en niños que habían padecido COVID-19. El reporte no hace distinción entre el Tipo 1, que usualmente comienza en la infancia, y el Tipo 2, vinculado con la obesidad.
Las tasas de ambos tipos de diabetes han aumentado entre los niños en Estados Unidos en años recientes, pero reportes de Europa y algunos hospitales estadounidenses indican que el ritmo pudiera haberse acelerado durante la pandemia.
“Pienso que todos estamos un poco preocupados”, señaló la doctora Inas Thomas, especialista en el Hospital Pediátrico Mott de la Universidad de Michigan.
Su hospital ha registrado un aumento de 30% en los casos de diabetes Tipo 1, comparado con los años prepandemia dice. No se sabe cuántos tuvieron COVID-19 en algún momento, pero el momento hace pensar que pudiera haber una conexión, agrega.