
Mientras Bolivia se prepara para una de las elecciones más tensas de los últimos años, el expresidente Evo Morales quedó oficialmente fuera de carrera. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que diez binomios presidenciales fueron habilitados para las elecciones generales del 17 de agosto, ninguno de ellos liderado por el exmandatario, cuyo partido perdió su registro legal.
La exclusión de Morales ha generado una ola de movilizaciones en varias regiones del país. Sus simpatizantes mantienen bloqueos en más de 30 puntos, especialmente en el departamento de Cochabamba, donde se concentra su base sindical y política. Las protestas incluyen también pedidos de renuncia del actual presidente, Luis Arce, a quien los seguidores de Morales acusan de traición.
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La decisión del TSE se sustenta en la pérdida de la personería jurídica del Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), la agrupación con la que Morales buscaba postular. Este partido no alcanzó el 3 % mínimo requerido en las elecciones de 2020, lo que lo inhabilitó para participar en comicios nacionales.
“La ley es clara. Solo están habilitadas aquellas organizaciones políticas con personería vigente”, indicó el presidente interino del TSE, Óscar Hassenteufel, quien además reconoció que estas elecciones serán “de las más conflictivas que ha vivido Bolivia en los últimos años”.
La tensión escaló al punto que la Sala Plena del TSE decidió trasladar su sesión a Santa Cruz, lejos de La Paz, donde las manifestaciones impiden su normal funcionamiento. Morales, por su parte, ha insistido públicamente en su derecho a postular y acusa una persecución política orquestada desde el Gobierno.
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El expresidente también enfrenta una denuncia penal por terrorismo, presentada por el Ejecutivo de Arce, a raíz de los bloqueos carreteros impulsados por sus seguidores. La medida ha intensificado la fractura dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que Evo Morales fundó y que ahora postula al exministro Eduardo del Castillo como su candidato presidencial.
De los 3.290 candidatos registrados inicialmente, solo 1,180 fueron habilitados por el TSE, es decir, apenas un 35.87 %. El resto deberá ser reemplazado por sus partidos. Entre los candidatos presidenciales figuran Jorge Tuto Quiroga por la alianza Libre, Andrónico Rodríguez por Popular, y Samuel Doria Medina por Unidad, el mayor bloque opositor.
A pesar de los intentos de Morales por mantenerse en la escena política, el Tribunal Constitucional ha reiterado que la reelección solo puede darse una vez de forma continua, lo que legalmente cierra la puerta a un nuevo mandato.
La polarización entre el ala radical del MAS y el Gobierno de Arce anticipa una campaña electoral marcada por la confrontación y el riesgo de violencia, en un contexto de descontento social y crisis económica que aún no encuentra solución.