Europa enfrenta una carencia de 400,000 camioneros y las empresas de transporte tienen dificultades para reclutar debido a los bajos salarios que ofrecen y las difíciles condiciones laborales.
La escasez se sentía desde antes de la pandemia, pero se agravó con el repunte económico pospandemia, especialmente en el Reino Unido donde, combinada con los efectos del Brexit, provocó una crisis de abastecimiento de combustible.
Pero todos los países se ven afectados: Polonia presenta un déficit de más de 120,000 camioneros, Alemania de cerca de 60,000 y España de 15,000, según un estudio de la consultoría británica Transport Intelligence (TI).
“Las razones son múltiples. La población de conductores ha envejecido, a los jóvenes no les atrae el oficio, las condiciones de trabajo no son buenas, los salarios son bajos”, explicó Violeta Keckarovska, quien elaboró el estudio de TI.
En ciertos países, el fin del servicio militar obligatorio privó a las empresas del sector de conductores ya formados.
En el gran salón de logística Solutrans, que abrió el martes cerca de Lyon, varios institutos de formación intentan atraer candidatos poniéndolos a conducir un camión grande en un simulador.
“Es un oficio de enormes responsabilidades” que ha evolucionado mucho los últimos años. No es necesariamente más sencillo, sino mucho menos mecánico y físico, y con más asistencias electrónicas”, y los conductores recorren distancias más cortas que antes”, destacó Régis Garcia, del centro de formación Aftral.
La innovación tecnológica podrá también cambiar la situación: la sociedad Dyn’Acces tuvo éxito en Solutrans con una plataforma telescópica que permite a un conductor en silla de ruedas sentarse al volante de un camión grande.
Mejores remuneraciones
En Francia las empresas tienen una carencia de entre 40,000 y 50,000 conductores, dos veces más que en el 2017, lamentó la Federación Nacional de Transportes de Carretera, que ha multiplicado sus esfuerzos de comunicación.
En la región Ródano-Alpes, los conductores están entre los cinco oficios de más demanda. La agencia francesa Pole Emploi busca en la zona 6,000 conductores de larga distancia y 3,000 de corta distancia.
“Les decimos a las empresas que se debe hacer una reflexión sobre su marca, sobre el bienestar en el trabajo, que se requieren bonos, tutoría. Saber reclutar es también saber cuidar sus salarios”, indicó Marina Verbaere-Grobel, de Pole Emploi.
La búsqueda incluye a jóvenes, asalariados en reconversión y desempleados. Las mujeres, que conforman una parte ínfima de los conductores, son también “muy buscadas”.
La formación cuesta entre 4,500 y 7,000 euros (US$ 5,400 a US$ 8,400), a veces costeado por el empleador o por ayudas públicas. El aprendizaje se ha desarrollado mucho, y se puede acceder a la licencia de camión grande a partir de los 21 años.
Ciertos jóvenes son atraídos y buscan la licencia. “No tienes a tu jefe a tu lado y yo prefiero andar por el exterior que en el centro de la ciudad”, dijo Pierre Nguembou, de 29 años, un exentregador de Toulouse.
El futuro chófer cuenta con las horas extra para mejorar sus ingresos.
Una parte de la solución se decide actualmente entre los transportistas y los sindicatos.
En sus negociaciones, los representantes de los asalariados exigen medidas para mejorar la salud y bienestar de los camioneros y una revalorización de 10% de los salarios, que comienzan con el salario mínimo.
Las organizaciones patronales se posicionaron a favor de un aumento de 3.5% a 4.5%, según el sindicato CFTC. Los sindicatos CGT y CGT-FO se retiraron de la mesa de negociación y podrían planear movilizaciones antes de navidad.
“La pirámide de las edades es muy, muy fuerte en los transportes. Vamos a tener dificultades, como se ha visto con el Brexit”, advirtió Thierry Douine, de la CFTC.
“Pedimos un equilibrio mediante entre la vida profesional y privada. Nadie quiere trabajar todos los fines de semana, todas las noches, todas las vacaciones. Queremos rotaciones para que la gente tenga calidad de vida en el trabajo”, declaró Douine.