La ONG Amnistía Internacional (AI) acusó a Israel de someter a los palestinos a un “apartheid”, un término que históricamente designa al régimen de segregación en Sudáfrica y que después fue tipificado como un crimen por el derecho internacional.
Las acusaciones contra Israel
Amnistía Internacional calificó que la política que sostiene Israel hacia los palestinos, a los que trata como “un grupo racial inferior”.
En un voluminoso informe, la oenegé justifica este término denunciando que “políticas crueles de segregación, de despojo y de exclusión” de Israel “equivalen claramente a un apartheid”.
Además, la organización señala que Israel considera a los palestinos como una “amenaza” demográfica.
Un año antes, Human Rights Watch (HRW) fue la primera oenegé en utilizar el término “apartheid” para calificar la política de Israel con respecto a los árabes en su territorio y los palestinos en los territorios ocupados, alineándose con la terminología de otras organizaciones.
HRW denunció una “dominación deliberada de la población judía israelí sobre los palestinos en Israel y los territorios ocupados” a la cual se suma una “opresión sistemática” y la práctica de “actos inhumanos”.
El apartheid en Sudáfrica
El apartheid, que en lengua afrikáans significa desarrollo separado de las razas, fue un sistema de discriminación legal instaurado en Sudáfrica entre 1948 y 1991 por la minoría blanca.
Este grupo dominó la vida política hasta las primeras elecciones multiraciales en 1994 en las que se impuso el líder de la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela.
Bajo este régimen, los sudafricanos eran clasificados al nacer en cuatro categorías: blancos, negros, mestizos e indios.
En la vida cotidiana esto se tradujo en carteles que designaban los lugares especiales para los blancos en buses, restaurantes y playas. Además se prohibió los matrimonios y las relaciones sexuales interraciales y el acceso a la educación y a la salud de calidad para los negros.
La inmensa mayoría del territorio, un 87%, fue reservado a la minoría blanca. Los negros fueron relegados a los “townships”, las barriadas en las afueras de las ciudades, y a los “bantustans”, que eran reservas étnicas.
Hasta 1986 era obligatorio un carnet de identidad para desplazarse, bajo pena de prisión o de fuertes multas.
El apartheid en el derecho internacional
La Asamblea General de la ONU adoptó en 1973 la “Convención internacional sobre la eliminación y la represión del crimen del apartheid”, que entró en vigor en 1976.
Este texto define específicamente el apartheid, tipificándolo como un crimen contra la humanidad y describiéndolo como una serie de “actos inhumanos” cometidos para “institucionalizar o mantener la dominación de un grupo racial” sobre cualquier otro grupo de personas y “oprimirlas sistemáticamente”.
El texto menciona la adopción de medidas para impedir a un grupo racial que “participe en la vida económica, política, social, económica y cultural de un país” o que se busque “dividir a la población según criterios raciales, creando reservas o guetos separados para los miembros de un grupo racial” y también “la prohibición de matrimonios entre personas que pertenecen a grupos raciales diferentes”.
El Estatuto de Roma del 2002 que crea la Corte Penal Internacional (CPI) define el apartheid como un crimen contra la humanidad.
Este texto evoca “actos inhumanos” cometidos “en el marco de un régimen institucionalizado de opresión sistemática y de dominación de un grupo racial sobre cualquier otro grupo racial u otros grupos raciales con la intención de mantener este régimen”.
El término apartheid ya fue utilizado por organizaciones de defensa de los derechos humanos para denunciar la situación de la minoría musulmana rohinyá en Birmania.