Un grupo de empresas de los sectores agropecuario y financiero alertaron de que la nueva meta climática anunciada por el Gobierno de Jair Bolsonaro puede perjudicar la llegada de inversiones a Brasil y pone en riesgo los esfuerzos globales por reducir el calentamiento del planeta.
Con la revisión de sus Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) dentro del Acuerdo de París, Brasil “cambió parámetros relevantes que levantan dudas sobre su nivel de ambición y capacidad de planificación”, afirmó en un comunicado la Coalición Brasil Clima, Florestas y Agricultura.
Este movimiento reúne a más de 260 representantes del agronegocio y el sector financiero, así como de la sociedad civil y el mundo académico, y tiene por objeto proponer acciones para el desarrollo de una economía de bajo carbono.
El grupo manifestó así su “preocupación” con la revisión de la meta climática presentada la semana pasada por el Gobierno del presidente Bolsonaro porque, a su juicio, “pone en riesgo los esfuerzos globales para mantener el aumento de la temperatura media del planeta en un máximo de 1.5º C hasta el final de este siglo”.
La Administración de Bolsonaro, quien ya amagó en el pasado con abandonar el Acuerdo de París, mantuvo su intención de reducir un 43% sus emisiones en el 2030, con relación a los volúmenes del 2005.
“Pero la mención a la meta absoluta en gigatoneladas de carbono fue retirada, lo que llama la atención una vez que Brasil tenía como gran diferencial ser el único país emergente que poseía una meta de reducción en números absolutos de gases de efecto invernadero”, advirtió la coalición de empresas y oenegés en la nota.
“Es fundamental para el país alcanzar esa reducción y trabajar por la eliminación de la deforestación ilegal. Sin embargo, la mención a las políticas públicas como parte de la estrategia para cumplir la meta climática fue retirada en esta revisión lo que genera incertidumbre e inseguridad jurídica”, completó.
La deforestación de la Amazonía, que es la principal responsable por las emisiones de gases contaminantes de Brasil, ha crecido significativamente en el último año y alcanzado su mayor nivel desde el 2008 con Bolsonaro en el poder.
Por otro lado, la entidad calificó como “positivo” el hecho de que Brasil se haya comprometido a neutralizar las emisiones de gases contaminantes hasta el 2060 -diez años después de la meta establecida por la mayoría de los países, con excepción de China-, aunque subrayó que “no quedó claro” cómo logrará ese objetivo.
“Un mayor compromiso con diversos actores de la sociedad civil podría indicar caminos y medios de implementación, incluso con la posibilidad de anticipar el plazo de cumplimiento”, apuntó el grupo.
La idea de anticipar la meta de neutralización de emisiones ya fue puesta encima de la mesa por parte del Gobierno, aunque supeditada a que Brasil reciba a partir del 2021 al menos US$ 10,000 millones de los países ricos para financiar proyectos de preservación ambiental.