El Reino Unido vota el jueves para decidir si el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, puede poner fin a 14 años de oposición y hacerse con las llaves del número 10 de Downing Street, o si, de algún modo, el primer ministro Rishi Sunak puede superar las encuestas y hacerse con lo que sería una extraordinaria victoria.
Los centros de votación abrieron a las 07H00 locales (06H00 GMT) y cerrarán a las 22H00 (21H00 GMT), cuando se conocerán los primeros sondeos a pie de urna, a la espera del resultado oficial en la madrugada del viernes.
Los encuestadores dicen que la cuestión no es si ganarán los laboristas sino la magnitud de su triunfo. El partido de Starmer ha aventajado a los conservadores en más de 20 puntos a lo largo de las 6 semanas de campaña electoral, según la encuesta de sondeos de Bloomberg.
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Cada uno de los sondeos MRP de la campaña (que se traduce como encuestas de regresión multinivel y postestratificación y considerados como la técnica de análisis de referencia) apunta a una enorme mayoría laborista en la Cámara de los Comunes, que oscila entre 162 y 382 escaños. En todas ellas, salvo en la más baja, los laboristas ganarían más escaños con Starmer que en la aplastante victoria de Tony Blair en 1997.
Los conservadores parecen ir camino a una debacle. Una encuesta prevé que obtendrán sólo 53 escaños, frente a los 365 de 2019; otra muestra a los liberaldemócratas superando a los tories al segundo puesto y convirtiéndose en la oposición oficial. La decisión de Nigel Farage de presentarse por su partido Reform UK ha perjudicado a los conservadores.
Las elecciones generales británicas se deciden por votaciones separadas en 650 distritos, cada uno con un escaño en la Cámara de los Comunes. Un partido necesita 326 para obtener la mayoría, aunque suelen bastar unos 320 porque el presidente y tres diputados no votan, y el Sinn Fein de Irlanda del Norte opta por no sentarse en Westminster.
Normalmente, la mayoría de las circunscripciones no cambia de manos en unas elecciones generales: en 2019, 2017, 2015 y 2010, el número de escaños que cambiaron fue de 81, 70, 111 y 117. Si se materializa la avalancha laborista, es probable que esta vez sea mayor: en 1997, cambiaron 184 circunscripciones.
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La clave para interpretar los resultados es el concepto de “swing”, es decir, el cambio de voto de un partido a otro en comparación con las elecciones anteriores. En las elecciones especiales celebradas desde 2019, los laboristas y los liberaldemócratas se han asegurado una serie de históricos cambios frente a los conservadores. Estas elecciones son complicadas por los cambios de circunscripciones, lo que significa que algunos escaños no se corresponden exactamente con el resultado de hace cinco años.
Pero los sondeos apuntan a un momento sísmico en el que algunas de las mayores figuras de la política británica podrían perder sus escaños. Una encuesta incluso indica que Sunak podría ser el primer premier en sufrir ese destino.
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