¿Qué le parece esta operación electoral? Venda ahora sus acciones ganadoras para tener liquidez en el otoño y realizar compras agresivas cuando se caliente la contienda política.
Eso es precisamente lo que han estado haciendo los fondos de cobertura desde mayo, incluso cuando el mercado seguía marcando récords. Su apalancamiento neto, que suele considerarse un barómetro del apetito por el riesgo, cayó al 54% a principios de julio, el nivel más bajo desde enero, según la mesa de operaciones preferentes de Goldman Sachs Group Inc.
Los hedge funds tienen la mayor subponderación en los sectores de tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones que se haya registrado, después de pasar dos meses deshaciéndose de las acciones más rentables del mercado.
Sin embargo, no se trata de una operación bajista. Más bien, el llamado dinero inteligente se está preparando para una campaña presidencial salvaje, y los fondos quieren dinero en efectivo listo para ser desplegado inmediatamente cuando la volatilidad del mercado de valores aumente y los precios de las acciones comiencen a oscilar.
“Los gestores necesitan tener pólvora seca para posibles dislocaciones en torno a las elecciones estadounidenses”, señala Jonathan Caplis, director ejecutivo de la firma de análisis de hedge funds PivotalPath. “La venta neta no es más que una toma de ganancias estratégica. Es pisar el freno más que una estampida hacia la salida”.
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Es fácil ver por qué los operadores se preparan para una temporada electoral volátil. Los demócratas todavía están pensando en quién postular, luego de que el presidente Joe Biden retirara su candidatura ante el aumento de las preocupaciones sobre su edad y fragilidad física. Por su parte, el candidato republicano y expresidente, Donald Trump, propone un programa económico que incluye recortes de impuestos, aumentos de aranceles y restricciones a la inmigración, lo que hace temer un repunte de la inflación y un debilitamiento de las finanzas estadounidenses.
Los acontecimientos conocidos con resultados desconocidos crean un entorno de negociación en el que la dispersión, o el abanico de resultados potenciales cuando las acciones se mueve en distintas direcciones, aumenta en los valores individuales. Eso es lo que les gusta ver a los hedge funds, ya que suelen tomar posiciones tanto largas como cortas en sus apuestas.
Comienzo temprano
Con toda la incertidumbre, algunos operadores esperan que la campaña llegue al mercado de valores antes de lo habitual.
“Lo que hemos estado escuchando de los fondos de cobertura este año es que la historia electoral podría ocurrir mucho antes de noviembre”, dijo Adam Singleton, director de inversiones de external alpha en Man Group Plc. “Es prudente y es una buena gestión de cartera reducir el riesgo de eventos binarios inciertos”.
La exposición de los hedge funds a las acciones normalmente disminuye en vísperas de las elecciones presidenciales. Luego, los gestores rápidamente vuelven a apalancarse poco antes de la votación, y siguen aumentado sus posiciones después. La exposición neta actual sigue estando por encima del promedio a largo plazo para un ciclo electoral, según datos de Goldman Sachs, lo que indica que todavía hay espacio para vender.
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“Por lo general, en torno a estos grandes acontecimientos ocurre mucho que se dispara primero y se analiza después”, señala Caplis.
Los hedge funds suelen negociar los acontecimientos políticos de varias maneras. Una de ellas es desde una perspectiva sectorial, en la que los gestores identifican los temas que se beneficiarán de cada candidato, reducen la exposición antes de la votación y después se concentran en el tema ganador.
Otra es medir el apetito de riesgo general del mercado, que puede considerarse como un indicador de la dirección de los precios de las acciones. En ese caso, los fondos reducen la exposición neta y luego tratan de hacerse una idea de cómo ven los inversionistas al candidato ganador. Este enfoque de esperar y ver funcionó bien en 2016, cuando se esperaba que los mercados cayeran si ganaba Trump, pero, en cambio, subieron tras su victoria.
Las puestas más difíciles
Luego está el enfoque más arriesgado, que consiste en centrarse en empresas específicas o pequeños grupos de acciones con la expectativa de que les irá bien o mal según quién gane. Esas son las apuestas más difíciles de hacer, ya que los precios del mercado pueden variar enormemente una vez que se declara un ganador.
“Muchos gestores intentarán ver cómo evoluciona el panorama después de las elecciones e invertir entonces”, dijo Singleton.
En este momento, existe un grave riesgo para los fondos que quieran deshacerse agresivamente de posiciones en las grandes acciones tecnológicas que han estado impulsando el mercado al alza durante el último año, como Nvidia Corp., Meta Platforms Inc, Amazon.com Inc. y Alphabet Inc., la matriz de Google.
Si bien la rotación puede tener sentido y, en última instancia, los precios de estas acciones deberían estabilizarse, si siguen desafiando la gravedad y suben en el corto plazo, puede surgir una “contracción plana”, señala Frank Monkam, gestor de cartera sénior de Antimo. En ese caso, más inversionistas compran al no materializarse la desaceleración prevista, lo que crea un ciclo autocumplido de aumento de los precios de las acciones.
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En última instancia, las operaciones de noviembre determinarán si deshacerse de las acciones ganadoras fue la decisión correcta. Los fondos de cobertura pueden aprovechar los retornos, ya que han estado por detrás del índice S&P 500 durante los últimos cuatro años. Según PivotalPath, los fondos de cobertura estadounidenses long-short fundamentales sumaron un 7,4% en el primer semestre del año, frente a la ganancia del 14% del S&P 500.
Un área en la que los hedge funds ya están ganando es en la demanda de sus servicios. A medida que se acercan las elecciones y los precios de las acciones se aproximan a niveles récord, los inversionistas se vuelven más cautelosos y buscan cada vez más orientación sobre cómo posicionarse.
“Los inversionistas están preocupados por las valoraciones del mercado de renta variable y quieren estar cubiertos”, señaló Don Steinbrugge, presidente de la firma global de consultoría y marketing de fondos de cobertura Agecroft Partners, que ha registrado la mayor demanda de administradores de fondos de renta variable long-short desde 2013. “Si no estuvieran preocupados, se limitarían a comprar un fondo indexado y casi no pagarían comisiones”.
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