Los errores de cálculo en la retirada estadounidense de Afganistán han provocado que miles de millones de dólares en equipamiento militar hayan caído en manos de los talibanes, que tendrán ahora acceso a “tecnología secreta” de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Desde helicópteros Black Hawk hasta rifles M16, pasando por un avión de ataque A-29 Super Tucano, los talibanes pueden haber capturado cerca de un millón de piezas de material militar estadounidense, según una estimación del Departamento de Seguridad y Asuntos Internacionales de la Universidad de las Fuerzas Canadienses.
El director de ese departamento, Walter Dorn, consideró en una entrevista con Efe que esto supone “un gran desastre y una amenaza para la paz y la seguridad internacionales”.
Mercado negro para atrocidades masivas
Además del armamento pesado, Dorn dijo que gran parte del equipo de inteligencia, vigilancia y reconocimiento proporcionado por Estados Unidos a las fuerzas de Afganistán “ahora puede ser utilizado por los talibanes para espiar al pueblo afgano”.
Otro riesgo de gran magnitud, apuntó Dorn, es que los insurgentes exporten las armas y equipos “a naciones y grupos hostiles a los países y valores occidentales”.
“Sabemos por experiencia que el armamento estadounidense perdido cae en manos privadas, el mercado negro, y termina siendo utilizado en atrocidades masivas”, señaló el experto.
En este sentido, recordó que las armas que Estados Unidos proporcionó a Vietnam del Sur en la década de 1960, que luego acabaron en manos del bando comunista, “todavía estaban alimentando guerras civiles en América Central en la década de 1980”.
Rifles, gafas de visión nocturna y tanques
Esa posibilidad es aun “más preocupante” si se tiene en cuenta que entre el 2003 y 2016 Estados Unidos transfirió 75,898 vehículos, 599,690 armas, 162,643 equipos de comunicaciones, 208 aviones y 16,191 piezas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento a las fuerzas afganas, de acuerdo con un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno del 2017.
Además, del 2017 al 2019, Estados Unidos entregó a las fuerzas afganas 7,035 ametralladoras, 4,702 vehículos Humvee, 20,040 granadas de mano, 2,520 bombas y 1,394 lanzagranadas, entre otros, refleja un informe del año pasado del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR).
Diferentes fotografías que circulan estos días por las redes sociales muestran a combatientes talibanes con rifles M4 y M16, sistemas de rifles de francotirador M24 y ametralladoras M2 calibre 50.
Otras imágenes muestran gafas de visión nocturna, radios y otros sistemas tecnológicos capturados por los talibanes, que también se apoderaron de vehículos militares, como Humvee y MRAP.
¿Cómo ha podido pasar esto?
Expertos en la materia no se pueden explicar cómo es posible que Estados Unidos no anticipara el desgobierno que se vive estos días en Afganistán, dadas las circunstancias.
El profesor de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia, Robert Jervis, reconoció que la victoria de los talibanes, que tomaron Kabul el domingo, “fue mucho más rápida de lo que Estados Unidos había anticipado”.
Sobre la gran cantidad de armamento estadounidense todavía en Afganistán, Jervis subrayó que la prioridad fue evacuar al personal estadounidense y aliado, que se podía mover “mucho más rápido que el equipo pesado”.
Asimismo, Washington esperaba que el equipamiento castrense fuera utilizado por las fuerzas del Gobierno afgano contra los talibanes, por lo que no lo trasladó a territorio estadounidense con anticipación.
“Ahora, nosotros (y otros) pagaremos un alto precio porque todo esto ha caído en manos del enemigo”, vaticinó.
Como Dorn, de la Universidad de las Fuerzas Canadienses, Jervis anticipó que “lo más peligroso” contra Estados Unidos y sus aliados de lo capturado por los talibanes son las armas y equipos que contienen “tecnología secreta”.