Ecuador dijo el viernes que aplicará una reducción de aranceles para la importación de insumos, materias primas y maquinaria en un intento por bajar los costos del sector productivo, duramente golpeado por los efectos de la pandemia, aunque la medida significará menos ingresos fiscales para la nación andina.
Las duras medidas de restricción aplicadas por Ecuador desde marzo del 2020 para contener el brote de coronavirus han dejado pérdidas por unos US$ 15,000 millones en el sector productivo privado, mientras que 22,000 empresas han tenido que cerrar por la crisis, según datos del Gobierno.
El presidente Guillermo Lasso apunta a una reactivación de la economía y a la creación de nuevas fuentes de empleo, por lo que busca una mayor participación del sector privado en las actividades estratégicas y potenciar la productividad del país petrolero.
“Uno de los temas que teníamos que hacer era darles respiro a las industrias de Ecuador para que puedan recomponerse después de haber pasado por una de las peores crisis”, dijo a periodistas el ministro de Producción y Comercio Exterior, Julio José Prado. “La reducción arancelaria va a permitir bajar costos a más de 81 industrias en el Ecuador”.
La reforma, una de las más grandes que se aplica en la última década, abarca a unas 667 partidas relacionadas con materias primas, bienes de capital e insumos productivos. La mayoría de productos pagarán arancel cero, mientras que en otros el arancel irá desde 5% hasta 25%.
La medida, que regirá desde el 1 de agosto, ayudará a las empresas a bajar sus costos en unos US$ 180 millones, según el ministro, quien reconoció que habría una reducción en los ingresos arancelarios que alimentan la economía, que se contrajo 7.8% en el 2020.
“Creemos que el sacrificio fiscal es importante, pero más importante es la reactivación productiva que después nos permitirá crecer en recaudación, en crecimiento económico y sobre todo en trabajo productivo que es lo que más queremos”, agregó Prado.
Como parte de su plan de reactivación económica, Lasso, un exbanquero conservador que asumió el cargo el 24 de mayo, impulsa un plan de vacunación para inocular alrededor 9 millones de personas en los primeros 100 días de su gestión.