Los roces en la economía mundial, el COVID-19 y un cambio en el pensamiento sobre la política fiscal y monetaria auguran una nueva era de mayor volatilidad, según economistas de Société Générale.
El banco francés espera más cuellos de botella y alzas en la demanda de ciertas habilidades debido a una aceleración sincronizada de las transiciones hacia una economía digital y baja en carbono, acompañada de cambios en los estilos de vida después de la pandemia. Al mismo tiempo, los principales bancos centrales están modificando sus estrategias para tolerar el exceso de inflación y los Gobiernos están adoptando estímulos fiscales preocupándose menos por el elevado nivel de endeudamiento.
“Todos estos movimientos están sucediendo juntos, al mismo tiempo, a nivel global. Para nosotros, eso es, en sí mismo, una fuente de roce”, dijo la economista jefe de Société Générale, Michala Marcussen.
Ciclos económicos más cortos marcarían un cambio fundamental para el mundo después de medio siglo de períodos de cambio más largos con una inflación y tasas de interés cada vez más bajas. Esa perspectiva ya está provocando un debate sobre cuán duraderos serán los recientes aumentos de precios y está dificultando que los bancos centrales y los Gobiernos encuentren una salida a las políticas monetarias y fiscales expansivas.
Marcussen dijo que, si bien el alcance del cambio sigue siendo una “pregunta abierta”, Société Générale está tratando cada vez más de reconocer la nueva situación en sus modelos.
“La incertidumbre, que no es del todo negativa, corre el riesgo de crear ciclos más cortos y volátiles”, señaló Marcussen. “Nos encontramos en una encrucijada.”