
Oculto bajo los titulares que destacaban la aplastante derrota electoral que sufrió este fin de semana el partido del presidente Javier Milei había un hecho potencialmente aún más inquietante para los inversores en Argentina: el resurgimiento de Axel Kicillof.
Si Milei es el favorito de Wall Street, entonces Kicillof es su némesis. Mientras Milei está obsesionado con recortar el déficit fiscal, derribar regulaciones y controlar la inflación, Kicillof —actual gobernador de la provincia de Buenos Aires— es recordado en Wall Street como un exministro que intervino en la economía, declaró un default de deuda soberana e interfirió en decisiones de empresas privadas.
Tras dejar el gobierno saliente de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015, Kicillof, una estrella política en ascenso en aquel entonces, desapareció lentamente de la conversación presidencial, hasta la noche del domingo.
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Después de que los peronistas liderados por Kicillof aplastaran al partido de Milei en la elección provincial por casi 14 puntos porcentuales, los bonos argentinos se desplomaron hasta un 10% en las primeras operaciones del lunes, las acciones de los bancos locales cayeron en picada y el peso oficial se hundió un 4%.
El riesgo país de Argentina saltó por encima de 1,100 puntos básicos antes de retroceder un poco, desde los 906 en que se encontraba el viernes, según datos compilados por JPMorgan.

El “Riesgo Kicillof” surge en medio de la fragilidad económica y financiera de Argentina. El gobierno de Milei lucha por aprobar leyes clave en el Congreso para reducir el déficit presupuestario, mientras un escándalo de corrupción erosiona la confianza en un gobierno que había realizado una campaña contra la corrupción.
Al mismo tiempo, el arresto domiciliario de Kirchner y su inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos le abren a Kicillof la posibilidad de tomar las riendas del movimiento peronista, cuya dirigencia se fragmentó en los últimos dos años.
Milei y Kicillof son, en algunos aspectos, cortados con la misma tijera. Son oradores estridentes, showmen extravagantes que buscan dominar los titulares. Ambos economistas son adeptos al estilo Elvis: patillas gruesas que se extienden por debajo de las orejas.
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Sin embargo, el decepcionante resultado de Milei y el ascenso de Kicillof como favorito kirchnerista señalan “una cuesta más empinada para la administración” de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre, escribieron en un informe a inversores los economistas de JPMorgan Diego Pereira y Lucila Barbeito.
“Un prolongado período de mayor prima de riesgo político probablemente pesará sobre la actividad económica”, añadieron.
Lo que dice Bloomberg Economics...
“Milei ha prometido corregir errores políticos, pero hasta ahora ha mostrado poca inclinación a cambiar de rumbo. El nuevo grupo de toma de decisiones anunciado el lunes decepcionó. Incluye a su hermana Karina —su mano derecha en el gobierno, ahora bajo la lupa por un escándalo de corrupción— y a Martín Menem, un legislador vinculado a la estrategia política que terminó en el revés del domingo”. -Jimena Zúñiga, analista geoeconómica, y Adriana Dupita, economista de mercados emergentes
Las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre definirán la representación de Milei en el Congreso, un factor clave para que el presidente logre impulsar reformas estructurales en materia de pensiones y empleo. El resultado del domingo llevó a analistas e inversores a revisar sus pronósticos y expectativas, incluyendo un posible regreso del peronismo al poder.
Durante la gestión de Kicillof como ministro de Economía, Argentina fue censurada por el Fondo Monetario Internacional por manipular datos económicos. También declaró un default de bonos soberanos, endureció controles cambiarios y amplió congelamientos de precios. En contraste, Milei ha levantado gran parte de los controles de cambio heredados de los aliados de Kicillof, eliminado congelamientos de precios y cumplido con todos los pagos de deuda a los inversores.
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Kicillof lideró en 2012 la nacionalización del gigante petrolero YPF S.A., que derivó en una demanda de US$ 16,000 millones que la nación aún enfrenta en tribunales estadounidenses.
“Los inversores extranjeros están claramente construyendo un escenario en el que Kicillof se postule a presidente, y no se sienten cómodos con su enfoque intervencionista hacia la actividad privada”, dijo Juan Carlos Barboza, economista jefe de Banco Mariva. “No es una persona que organice un ambiente atractivo para las inversiones sin montarse en desequilibrios como el déficit fiscal e inflacionario”.

El regreso de Kicillof como posible candidato limita cuánto puede caer en el corto plazo el riesgo soberano de Argentina —la prima de interés en comparación con los bonos del Tesoro de Estados Unidos—, señaló Barboza.
Aunque los lazos de Kicillof con Kirchner se enfriaron, Sergio Massa, quien compitió contra Milei por la presidencia en 2023, felicitó al gobernador tras la elección, ampliando su apoyo en las filas peronistas.
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“Axel fue el claro ganador: todos sus aliados políticos se alinearon para besarle la mano, como en la película El Padrino, el domingo por la noche”, dijo Fernando Marull, socio de la consultora FM&A. “Un plan económico de Axel significaría menores valores de los activos, mayor riesgo país, una brecha cambiaria más amplia, más emisión monetaria y déficits fiscales más grandes”.
El gobierno de Milei enfrenta un campo minado de desafíos en un momento en que necesita recuperar acceso a los mercados globales para cubrir más de US$ 4,000 millones en obligaciones que vencen en enero.
“Salvo que se produzca un giro muy improbable en las expectativas, será muy difícil recuperar acceso al mercado para refinanciar los pagos de deuda de enero”, advirtió en un informe a inversores Juan Solá, jefe de estrategia para América Latina de BancTrust & Co.
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Ciertamente, las elecciones de 2027 aún están muy lejos, y a Milei le quedan menos de siete semanas para tratar de influir en la percepción de los votantes a su favor.
Para los inversores que vivieron el último colapso electoral de los mercados en 2019, el expresidente del Banco Central Guido Sandleris ve diferencias clave hoy, como el equilibrio fiscal de Milei. Menor participación de inversores extranjeros en instrumentos en pesos también significa “menos combustible para una corrida cambiaria”, según Sandleris.
“El triunfo del domingo no implica para nada una consagración del regreso del kirchnerismo”, dijo Sandleris, profesor de Johns Hopkins SAIS y de la Universidad Torcuato di Tella en Buenos Aires. “Falta más de dos años del gobierno de Javier Milei y muchas cosas todavía pueden pasar”.