La invasión de Ucrania por parte de Rusia y el consiguiente recorte de los flujos de gas hacia Europa han llevado los precios internacionales a nuevos máximos, y se espera que las turbulencias del mercado continúen en 2023, según el último informe trimestral sobre el mercado del gas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En Estados Unidos, los precios alcanzaron sus niveles más altos en verano desde 2008, añade el informe.
De acuerdo, al portal del World Economic Forum, la crisis ha provocado un descenso del consumo de gas natural en la mayoría de las regiones. En la Europa de la OCDE, la demanda de gas se redujo cerca de un 10% interanual en el periodo comprendido entre enero y agosto, y se calcula que en la industria cayó un 15% debido a los recortes de producción, según el informe.
La crisis energética causa un “importante daño a los consumidores”
El descubrimiento de fugas en el gasoducto Nord Stream 1 en septiembre ha limitado aún más el suministro de gas a Europa, y no se puede descartar un cierre completo de los flujos del gasoducto ruso a la Unión Europea en el futuro, añade el informe.
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“La invasión rusa de Ucrania y las fuertes reducciones en el suministro de gas natural a Europa están causando un daño significativo a los consumidores, a las empresas y a economías enteras, no sólo en Europa, sino también en las economías emergentes y en desarrollo”, dijo Keisuke Sadamori, Director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE.
“Las perspectivas de los mercados del gas siguen siendo turbias, entre otras cosas por la conducta imprudente e imprevisible de Rusia, que ha destrozado su reputación de proveedor fiable”, agrega.
La Unión Europea ha trabajado colectivamente para reforzar la seguridad de su suministro este año, incluyendo “una mayor diversificación de las fuentes de suministro, el establecimiento de obligaciones de inventario mínimo de almacenamiento subterráneo y la coordinación de las reducciones estacionales de la demanda en los últimos meses”. Con ello ha conseguido llenar sus almacenes de gas al 90%, añade la AIE.
La demanda de gas natural licuado aumenta rápidamente
El impulso de Europa para mitigar su dependencia del gas ruso ha aumentado la demanda de gas natural licuado (GNL). La AIE prevé que las importaciones europeas de GNL aumenten en más de 60,000 millones de metros cúbicos (bcm) este año. Esto ha provocado un aumento récord de las tarifas de los buques y una escasez de éstos para transportar el combustible, según Bloomberg.
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Las importaciones de GNL de Asia seguirán siendo inferiores a las del año pasado durante el resto de 2022, según el informe.
“Sin embargo, las importaciones de GNL de China podrían aumentar el próximo año en virtud de una serie de nuevos contratos celebrados desde principios de 2021, mientras que un invierno más frío que la media también daría lugar a una demanda adicional del noreste de Asia, añadiendo aún más a la tensión del mercado”, añade la AIE.
Es necesario un cambio de comportamiento para no agravar la crisis del gas
La AIE afirma que son necesarios más ajustes importantes para evitar que se agrave una crisis del gas en Europa en caso de que los flujos sean más bajos. Se necesitaría una reducción de la demanda del 13% para mantener los niveles de almacenamiento por encima del 33% en el 2023 si continúan los flujos bajos, dice.
El análisis indica que el cambio de comportamiento por sí solo podría reducir la demanda de gas en 15 bcm durante la temporada de calefacción del 2022-2023, lo que equivale a más del 40% de la reducción de la demanda del 13% necesaria.
De cara al futuro, la AIE afirma que los niveles de almacenamiento serán cruciales al final de la temporada de calefacción del mismo periodo y que habrá que prepararse para las olas de frío.
El informe explica que las olas de frío son especialmente difíciles para el sistema de gas debido a que “la capacidad de suministro de los centros de almacenamiento disminuye con la reducción del nivel de gas de trabajo almacenado (debido a la menor presión de los depósitos). Esto significa que los emplazamientos de almacenamiento son menos reactivos (tanto en tiempo como en volumen) a las variaciones de la demanda al final de la temporada de calefacción”.
En caso de una ola de frío tardía, “la solidaridad, la unidad y el comportamiento responsable de los hogares serán cruciales para garantizar la seguridad del suministro”, según el informe.