
El conglomerado financiero Credicorp Ltd. se muestra optimista respecto al crecimiento de su negocio bancario en Bolivia, tras la investidura del presidente Rodrigo Paz, que puso fin a dos décadas de gobierno socialista.
“Aunque es muy pronto para el nuevo gobierno, las primeras decisiones que ha tomado son muy positivas”, declaró el director ejecutivo de Credicorp, Gianfranco Ferrari, en una reciente conferencia telefónica sobre resultados.
“Lo he visto como una valiosa oportunidad para nosotros, y esta oportunidad podría cobrar mayor relevancia en el futuro. Somos optimistas sobre el potencial de Bolivia como país”.
Credicorp, con sede en Perú, es propietaria del Banco de Crédito de Bolivia SA, uno de los bancos más grandes del país y el único prestamista importante de capital extranjero. Bolivia ha permanecido prácticamente cerrada a la inversión privada extranjera desde la ola de nacionalizaciones que siguió a la llegada al poder del líder izquierdista Evo Morales en 2006.
Paz asumió la presidencia la semana pasada y se ha comprometido a atraer inversión extranjera, reducir impuestos y presentar el lema “capitalismo para todos”. Si bien el optimismo va en aumento, mucho dependerá de la capacidad del gobierno para aprobar nuevas leyes y garantizar la estabilidad social.
Paz no se ha andado con rodeos al describir la situación actual de Bolivia, calificándola el jueves como un “pozo negro de proporciones extraordinarias”. Su gobierno tendrá que afrontar un elevado déficit fiscal, una alta inflación y la falta de reservas de divisas.
Credicorp también opera Yape, la billetera móvil más utilizada en Bolivia, que ha experimentado un fuerte aumento de usuarios gracias a su sencillo sistema de pago basado en códigos QR.
Actualmente cuenta con 3 millones de usuarios, lo que equivale a una cuarta parte de la población boliviana. Yape es también la principal billetera móvil en Perú, donde Credicorp es propietaria del banco más grande del país.








