Colombia acudió a los mercados internacionales por primera vez desde que perdió su grado de inversión.
La nación está vendiendo más de sus bonos en dólares con vencimiento en 2049, con una guía inicial de precios de alrededor del 5,4%, según una persona familiarizada con el asunto, que pidió no ser identificada porque no está autorizada a hablar al respecto. Es una prueba clave para Colombia, donde las violentas protestas y una reforma tributaria inicialmente fallida desencadenaron este año la rebaja de su calificación crediticia a grado especulativo.
“Es un buen momento” para vender, dijo William Snead, estratega de BBVA en Nueva York. “En el futuro, las noticias sobre el ‘tapering’ podrían aumentar la volatilidad de las tasas del Tesoro de Estados Unidos. Llegan al mercado en un día en el que parece haber un ánimo de búsqueda de riesgo”.
La operación se realiza un día después de que las minutas de una reunión de la Reserva Federal revelaran el compromiso de comenzar a reducir las compras de activos en los próximos meses. Colombia ha aprovechado las bajas tasas de interés en EE.UU. para satisfacer sus necesidades de financiamiento.
Después de vender en enero US$1,600 millones netos en bonos en el mercado extranjero y US$3,000 millones en abril, al país le quedan entre US$750 millones y US$1,000 millones en ofertas de deuda internacional para este año, dijo el mes pasado el director de Crédito Público, César Arias.
Los inversionistas estarán interesados en ver cómo le va a la venta después de que S&P Global Ratings y Fitch Ratings rebajaran la calificación del país a BB+ en mayo y julio, respectivamente. Si bien la rebaja obligó a vender la deuda de la nación, Snead dijo que las valoraciones parecen atractivas en los niveles actuales.
La economía del país se está recuperando con fuerza después de la recesión del año pasado y el banco central espera que crezca un 8.6% este año, el ritmo más rápido en al menos 50 años. El Gobierno espera que el déficit fiscal se amplíe al 8.6% del PIB este año, desde el 2.5% antes de la pandemia.
La operación es liderada por BNP Paribas, BBVA y Goldman Sachs.