Mientras se prepara para salir de su negocio de banca de consumo en México, Citigroup Inc. se está encargando de una tarea de la que normalmente se ocupan los curadores de museos o los dueños de galerías de arte: catalogar una colección de 4.000 pinturas, textiles y edificios históricos que se incluirán en la transacción.
La enorme colección, que formará parte de la venta, incluye 700 piezas consideradas de importancia nacional, entre ellas una de la famosa artista Frida Kahlo y una docena de su pareja Diego Rivera. En conjunto, el vasto acervo de la empresa financiera, conocida localmente como Banamex, es considerado una de las mejores colecciones privadas de arte mexicano del mundo.
“Afortunadamente para Banamex, todos los dueños lo han apreciado y lo han reconocido y vendido como parte de la esencia del banco”, dijo en una entrevista Alberto Gómez, director de estudios económicos y comunicación de Banamex. “Todos ellos han procurado e incrementado todo ese patrimonio y, en el caso de Citi en los últimos 20 años, ha sido bastante notable”.
Estas obras, junto con los planes de salida de Citigroup, han puesto nervioso al mundo del arte mexicano y a los funcionarios del Gobierno, y muchos insisten en que la colección debe permanecer en el país. El banco con sede en Nueva York ha prometido que así será, en parte porque las obras de arte están protegidas por las estrictas leyes de propiedad cultural de México.
La compañía anunció el mes pasado que finalizará sus operaciones de banca de consumo, pequeñas empresas y banca empresarial en México, donde tiene su mayor red de sucursales del mundo, como parte del continuo impulso de la directora ejecutiva Jane Fraser de simplificar el banco. Una venta marcaría la quinta vez que Banamex cambia de manos durante sus 138 años de historia.
Dado que la colección se incluirá en la venta, equipos de historiadores del arte tendrán que catalogar y preparar las piezas para sus nuevos propietarios. Citigroup declinó comentar sobre el valor de las obras de arte.
“Estamos hablando de edificios, de colecciones de arte de los mejores artistas pintores de México, también del mundo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en una conferencia de prensa el mes pasado. Enfatizó que es patrimonio cultural y debe quedar en el país.
Según las leyes de propiedad cultural de México, las obras de muchos de los mejores artistas de los años 1800 y 1900 se consideran monumentos históricos o artísticos. Una vez que una obra de arte se considera monumento, no se puede sacar del país sin la aprobación previa del Gobierno mexicano e, incluso entonces, solo puede salir temporalmente.
Citigroup y muchos otros bancos de todo el mundo han mantenido durante mucho tiempo enormes colecciones de arte. Durante la pandemia, mientras que muchos museos enfrentaban recortes presupuestarios y se veían obligados a reducir la programación en medio de las restricciones sanitarias, los bancos y otras grandes corporaciones siguieron coleccionando, prestando y exponiendo arte.
Citigroup no ha sido la excepción. Actualmente, el banco cuenta con una exposición que conmemora los 200 años de la independencia de México dentro del Palacio de Cultura, un edificio del siglo XVIII en el centro histórico de Ciudad de México. La propia estructura forma parte de la colección de arte del banco. Se exhiben unas 120 de las mejores piezas de la colección de Citibanamex.
Citigroup adquirió la colección en 2001, cuando acordó pagar US$12.500 millones por lo que en ese momento se conocía como Grupo Financiero Banamex-Accival, entonces el segundo banco de México. Posteriormente agregó docenas de obras de arte a la colección.
A lo largo de los años, Citigroup ha colaborado con el Gobierno mexicano para prestar piezas de su colección a museos como el Prado de Madrid, el Louvre de París, el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Algunas obras también se han exhibido temporalmente en la sede del banco en el barrio de Tribeca de Manhattan.